El juez pone en libertad bajo fianza a los tres anarquistas acusados de colocar bombas
El grupo fue detenido hace nueve días
El juez de la Audiencia Nacional Guillermo Ruiz Polanco puso ayer en libertad bajo fianza de 100.000 pesetas a los tres presuntos miembros de una célula anarquista que ingresaron en prisión el pasado sábado acusados de colocar artefactos explosivos en Madrid en junio y julio pasados. David G. B., de 23 años, David G. G., de 27, e Ignacio G. L., de 32, deberán presentarse cada 15 días en el juzgado y tienen prohibido abandonar su lugar de residencia. Los jóvenes fueron detenidos el pasado día 3, en Oviedo y Madrid, y están acusados de un presunto delito de terrorismo.
Según explicaron a Efe fuentes jurídicas, el juez sólo ha hallado, en la documentación incautada por la policía al registrar los domicilios de los detenidos la semana pasada, indicios de 'carácter ideológico' que vinculen a estos tres hombres con el movimiento anarquista. Aunque también se encontraron, según estas fuentes, documentos en los que se promueve la violencia, el juez estima que esto forma parte de las 'tesis anarquistas' y no es suficiente para mantenerlos en prisión hasta que se celebre el juicio.
En esos registros la policía no halló ningún tipo de material para la fabricación de artefactos explosivos, prosiguen fuentes jurídicas, lo que hace difícil establecer una relación directa entre los detenidos y las acciones de las que se les acusa. Lo que sí parece acreditada es la vinculación de los tres anarquistas con grupos italianos que predican la violencia y con presos incluidos en el FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento), considerados especialmente peligrosos.
En el momento de su detención, agentes del Cuerpo Nacional de Policía atribuyeron a los tres anarquistas la colocación de varios artefactos explosivos en la capital en junio y julio pasados. Sólo una de esas bombas llegó a estallar y las demás fueron desactivadas. Dos de estas últimas estaban preparadas para explotar, el pasado 11 de junio, durante la visita a Madrid del presidente de EE UU, George W. Bush. Los artefactos estaban colocados junto al edificio de Telefónica en la calle de Marroquina y junto a un concesionario de automóviles Ford en la calle de Carmen Cobeña. Ambos fueron desactivados por los agentes antes del paso de la comitiva oficial.
La policía cree que los tres jóvenes están relacionados también con la colocación, el 22 de junio, de una pequeña bomba en la entrada de la oficina de Cajastur, en la esquina de las calles de la Farmacia y de Fuencarral. Una llamada anónima que avisó de su ubicación la justificó en 'solidaridad con un minero sindicalista asturiano'.
Bombonas de butano
Un mes más tarde, el 25 de julio, una olla con dos bombonas de butano explotó, sin causar heridos, frente a la entrada del concesionario de Lancia-Fiat en la avenida de Santa Eugenia (Puente de Vallecas). Los agentes encontraron en el lugar de la deflagración octavillas que sugerían una respuesta en venganza a la muerte de Carlo Giuliani, el joven italiano que murió de un tiro disparado por un policía durante las manifestaciones antiglobalización celebradas en Génova (Italia) contra la reunión del G-8.
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