La Universidad Rey Juan Carlos tiene ya autonomía para contratar profesores
El centro sigue bajo tutela del Gobierno regional
La universidad más joven de la región, la Rey Juan Carlos, dio ayer un paso más hacia su autonomía plena, que culminará con la aprobación de sus estatutos. El Consejo de Gobierno aprobó un decreto por el que se le delegan competencias que hasta ahora dependían de la tutela de la Consejería de Educación. Se trata de atribuciones como la determinación de plantillas del profesorado y del personal de administración de servicios, su contratación, la designación de los miembros de las comisiones para concursos de plazas o la firma de convenios de colaboración con otras universidades o entidades.
'Es un paso más para que esta universidad camine hacia su autonomía plena sin ir de la mano de la Consejería de Educación. También es un respaldo al rector [Enrique Otero] para que pueda culminar la etapa que le queda por recorrer hasta la elaboración de los estatutos del centro', manifestó el consejero de Educación, Carlos Mayor Oreja, quien ya había dejado claro en la inauguración de curso en este centro que sus actuaciones iban a ir en esta dirección.
La Rey Juan Carlos funciona desde octubre de 1997, tiene más de 600 profesores y 11.500 alumnos distribuidos en sus campus de Móstoles, Vicálvaro y Fuenlabrada. En la ley de julio de 1996 que daba el visto bueno a su puesta en marcha se establecía un periodo de cinco años para concluir todos los trámites hasta llegar a la autonomía total de la que gozan las otras cinco universidades públicas de la región: elección del claustro, elección del rector y elaboración de los estatutos (que están a punto de concluirse).
Otero aseguró ayer que los estatutos ya están redactados, pero que tienen que ser aprobados por el claustro, previsiblemente antes de navidades. 'Quizás los retrasemos un poco, porque no creo que tenga mucho sentido aprobarlos ahora si, presumiblemente, dentro de otros seis meses los vamos a tener que reformar para adaptarlos a la nueva ley de universidades que está preparando el Gobierno central', dijo Otero, quien se mostró satisfecho con el paso que ha dado Educación.
Aún así, la consejería todavía conserva competencias 'de gran calado' como la aprobación de los presupuestos o el nombramiento de la comisión gestora (el equipo de gobierno del rector).
En su corta existencia, la Universidad Rey Juan Carlos ha sufrido varios vaivenes. En cuatro años de existencia ha conocido a tres rectores. El penúltimo y sucesor de Guillermo Calleja, Rogelio Pérez Bustamante, fue apeado de su cargo por una moción de censura en diciembre de 2000 tras menos de dos semanas al frente del centro. Un relevo que nunca se había producido antes en las universidades públicas de la región.
Las razones que expusieron sus adversarios es que había 'frenado' el desarrollo del centro al negarse a reconocer la comisión gestora nombrada por el Consejo de Gobierno, y le acusaron de llevarse documentos contables. El círculo más cercano de Pérez Bustamante, sin embargo, alegó que la moción era 'una intromisión política en la legitimidad democrática y académica' de la Consejería de Educación. Para demostrar que en la universidad 'es imposible hacer una chorizada', el actual rector encargó una auditoría de las cuentas, cuyos resultados no se han dado a conocer.
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