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El ataque de Aznar a Zapatero en Lugo provoca una protesta formal del PSOE a Presidencia

Los socialistas acusan al presidente de vulnerar el punto uno del Pacto Antiterrorista

Luis R. Aizpeolea

El ataque del presidente del Gobierno, José María Aznar, al secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, en un mitin electoral en Lugo, invocando el Pacto Antiterrorista, provocó ayer una protesta formal del interlocutor de los socialistas en el pacto, Alfredo Pérez Rubalcaba, a su homólogo en el mismo, el secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos. Rubalcaba dijo a Zarzalejos que Aznar vulneró el punto uno del Pacto Antiterrorista, que impide su 'utilización' con 'fines electorales'. Y le reclamó que no vuelva a hacerlo.

También le reprochó, en una conversación mantenida al mediodía de ayer, que Aznar 'confunde el pacto contra ETA con la política autonómica o municipal de cada partido'. Zarzalejos respondió, a su vez, que 'no puede hablarse de crisis del Pacto Antiterrorista', pero sí de que 'se han encendido las luces ámbar' por la conducta de un sector de los socialistas vascos, y recordó la participación de algunos de ellos en la Conferencia de Paz de Elkarri. La de ayer fue la advertencia más seria que el PSOE ha dirigido al Gobierno desde que Aznar y Zapatero firmaron dicho pacto, en diciembre de 2000.

Aznar, en el mitin electoral celebrado el miércoles en Lugo, invocó el Pacto Antiterrorista suscrito por el PSOE y se amparó en él para exigir a Zapatero una rectificación por la participación de dos dirigentes socialistas vascos -Odón Elorza y Gemma Zabaleta- en la Conferencia por la Paz de Elkarri, así como por la crisis del pacto municipal en San Sebastián (Guipúzcoa), donde PSOE y PP gobiernan conjuntamente, y cuyo alcalde, el socialista Odón Elorza, discrepa abiertamente del Pacto Antiterrorista.

Rubalcaba argumentó su amonestación a Zarzalejos, dirigida a Aznar, en que, a su juicio, con su actuación vulneró el punto uno del Pacto Antiterrorista. Uno de los apartados de este punto dice textualmente: 'Manifestamos nuestra voluntad de eliminar del ámbito de la legítima confrontación política o electoral entre nuestros dos partidos las políticas para acabar con el terrorismo'.

La segunda amonestación de Rubalcaba a Zarzalejos se centró en la propia interpretación del pacto. Rubalcaba insistió en que es 'un pacto contra ETA', y que no afecta a la política que cada partido pueda hacer en el ámbito local y autonómico. 'No tiene nada que ver la política de pactos en el Ayuntamiento de San Sebastián con el acuerdo contra ETA. Extender el pacto a toda la política es caminar hacia el pensamiento único', argumentó Rubalcaba.

En cuanto a la presencia de dos dirigentes socialistas vascos en la Conferencia de Paz de Elkarri, Rubalcaba señaló que era, a título particular, y que la Ejecutiva del Partido Socialista de Euskadi (PSE) ya aclaró que no estaba representada.

Zarzalejos, en su respuesta a Rubalcaba, encuadró la Conferencia de Elkarri 'en la nueva estrategia del PNV para atraerse al PSOE, aislar al PP y debilitar el Pacto contra ETA'. 'En el preámbulo de la conferencia no hubo mención alguna a ETA, pero, sin embargo, se censuró públicamente la ausencia del PP en la misma. Por tanto, la presencia de socialistas, aunque no sea oficial, crea confusión, desde el momento en que no hubo un pronunciamiento del secretario general del PSOE después de la crítica que en dicha conferencia se hizo a la ausencia del PP', dijo Zarzalejos.

Según el secretario general de la Presidencia, la Conferencia de Elkarri también vulnera el Pacto Antiterrorista. El punto dos del pacto dice textualmente: 'El único déficit democrático que sufre la sociedad vasca, el verdadero conflicto, es que aquellos que no creen en la democracia ejercen la violencia terrorista para imponer sus objetivos a la mayoría'. Zarzalejos señala que la filosofía de Elkarri tiene como base la existencia de un 'conflicto político' en Euskadi, del que ETA sería una expresión, pero no el único problema. 'Participar en la Conferencia crea confusión cuando la lucha contra ETA requiere claridad de posiciones'.

Para el secretario de la Presidencia, la actitud de un sector del PSE ha encendido las luces de alarma. 'El planteamiento del Gobierno no es electoral. Tampoco nos queremos inmiscuir en los asuntos internos del PSOE. Lo que sí defendemos es que el mensaje que se debe dirigir a ETA debe ser claro y rotundo y vemos que empieza a introducirse confusión'.

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