_
_
_
_
LUCHA CONTRA EL TERRORISMO

Estados Unidos prueba las primeras versiones del cibersoldado del siglo XXI

La infantería del siglo XXI hace la guerra con ordenadores en la cintura y comunicaciones en red, visores con información topográfica y nocturna y uniformes ligeros resistentes a las balas. En el futuro, soportarán armas bacteriológicas. El Ejército norteamericano ya lo experimenta.

8 de septiembre de 2000. Día de maniobras. 45 soldados de infantería de la división 82 Airbone saltan en paracaídas sobre el oscuro cielo de Fort Polk, Louisiana, en Estados Unidos. Cada uno estrena un equipo de combate, el Land Warrior 0.6. Es la primera versión de un kit diseñado para aniquilar al enemigo y salir indemne de las batallas. Rezan para que el equipaje de alta tecnología no falle: se enfrentan a la temible Fuerza de Oposición (Opposition Force), un cuerpo de élite encargado de humillar a sus contrincantes. A pesar de todo, sobreviven con nota.

Octubre de 2001. Algunos miembros de la infantería norteamericana, armados hasta los dientes, visten uniforme antibalas y metralla, cargan un pequeño ordenador en la cintura, hablan con los compañeros a través de una intranet por radio cifrada y se orientan por satélite.

Mapas topográficos

El nuevo soldado, que Estados Unidos piensa experimentar en el campo de batalla en Afganistán, utiliza un casco de material ligero con pantalla ocular en la que se muestran mapas topográficos y la situación del grupo y del enemigo. También ve de noche a través de infrarrojos. Su minicámara toma imágenes fijas del campo de batalla y las envía por correo electrónico. Las armas pueden enfocar los objetivos con un rayo láser y enviar automáticamente las coordenadas a la artillería.

Ser soldado del nuevo milenio es peligroso. También pesado. Cada individuo debe cargar 40 kilogramos: el uniforme y mochila pesan 25 kilos; las armas, 10; la electrónica y baterías, el resto. Es un paso más hacia el ciberguerrero que desarrolla el ejército y la industria norteamericana, como la compañía Raytheon. Es todavía un bosquejo de Terminator; pero todo llegará. El manual del buen soldado explica que hay que abatir al enemigo y salir indemne. Las nuevas hornadas deberán hacerlo pasando desapercibidos. Y con un amplio conocimiento de las nuevas tecnologías y estrategia. Es parte del decálogo del programa Land Warrior, sistema que espera homologar la OTAN.

La versión 1.0 del Land Warrior que se comenzará a fabricar antes de 2004 incluirá programas informáticos que mostrarán al soldado la táctica adecuada a la misión encargada y mayor información gráfica en el visor. El equipo podrá funcionar varias horas, incluso sumergido en el agua y en un amplio rango de temperaturas. Y pesará menos.

Dos años más tarde se espera la segunda versión: el uniforme de combate, de una pieza, utilizará tejidos técnicos con sensores distribuidos por todo el cuerpo. Activará el equipo electrónico y las armas a través de la voz. La vía para llegar el cibersoldado es el programa Land Warrior y la nanotecnología. Se trata de aumentar la capacidad letal del soldado y garantizar su supervivencia a través de materiales superresistentes y ultraligeros. El gobierno norteamericano ha invertido en las universidades 8.500 millones de dólares y ha creado el Institute of Nanotechnology for Soldiers, un centro donde se crearán materiales especiales para uniformes y equipos militares, según Michael Andrews, investigador de la Armada de EE UU. Es parte del Natick Soldier Center, cuya web www.natick.army.mil no tiene acceso público desde septiembre de 2000.

El objetivo de la Armada es dotar con el Land Warrior System a 34.000 soldados en 2003. El proyecto cuesta 2.000 millones de dólares. Cada unidad de la primera versión completa del Land Warrior, que estará lista en un par de años, costará 32.000 dólares. Más adelante aprovechará el invento el resto de fuerzas militares. Las transmisiones funcionarán a través del protocolo de Internet y un sistema de cifrado de alta seguridad, también le mantendrán comunicado con naves sin piloto y con robots de avanzadilla o de carga que seguirán al soldado como mulas electrónicas.

En la próxima década, el uniforme con material nanotecnológico mantendrá constante la temperatura y proporcionará medicamentos y agua a través de unos conductos del tejido. La visión Robocop será completa con un casco integral con pantalla y protección ocular contra láser que sellará al soldado del aire exterior, igual que un astronauta.

En los uniformes del mañana, los sistemas de autodiagnóstico médico están conectados con la asistencia: por ejemplo, si recibe un fuerte balazo, informa al herido las medidas a tomar y a los equipos sanitarios cuánta sangre pierde. Sensores repartidos por todo el cuerpo miden las constantes vitales, las toxinas del exterior y avisan de la presencia de agentes bacteriológicos letales como el ántrax. La ausencia de agua no será problema: el equipo podrá generarla o recuperar el vapor desprendido por el cuerpo.

Según Andrews, el cibersoldado tendrá una protección balística entre 5 y 10 veces superior. Los nuevos uniformes de 1,7 centímetros de grosor resistirán el impacto de balas de 9 milímetros y otras de menor calibre gracias al material orgánico creado a partir de nanotubos de carbono. Con material cerámico, el grosor de la armadura flexible se reduciría a la mitad. El tejido de camuflaje se adaptará camaleónicamente al entorno. Algunos efectivos utilizarán exoesqueletos mecánicos que dotarán al guerrero de velocidad y fuerza.

INSTITUTE FOR SOLDIER NANOTECHNOLOGIES: www.aro.army.mil/ soldiernano

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_