Tarragona obliga a las industrias químicas a realizar una auditoría externa de seguridad
El alcalde y una delegación de concejales y técnicos viajan a Toulouse para evaluar el accidente
'Los tiempos están para dar una llamada de atención'. Así explicó el alcalde de Tarragona, Joan Miquel Nadal (CiU), la iniciativa municipal de exigir a las empresas químicas de los polígonos industriales próximos a la ciudad que se sometan a una auditoría externa anual para evaluar la seguridad de sus procesos productivos y de las propias instalaciones frente a posibles agentes externos. Conforme crece la sospecha de que la explosión de Toulouse fue un atentado, la inquietud se extiende entre las poblaciones próximas a la petroquímica de Tarragona, la mayor del sur de Europa. Ayer, el alcalde y varios concejales partieron hacia Toulouse para analizar cómo funcionaron los planes de emergencia.
De acuerdo con lo pactado con la Asociación de Empresas Químicas de Tarragona (AEQT), las auditorías externas tendrán carácter voluntario, pero si una empresa no accede a someterse de buen grado, la auditoría será realizada por técnicos municipales.
Según Nadal, la auditoría verificará desde el trabajo de los controladores de las empresas hasta el del guardia de seguridad que custodia la entrada y salida de los trabajadores. El alcalde avanzó, además, la propuesta de que los sindicatos CC OO y UGT participen en la reunión del Pacto de Progreso, suscrito en 1991 por 23 empresas químicas de la zona a iniciativa del Ayuntamiento de Tarragona. Según este protocolo, las industrias se comprometían a introducir mejoras medioambientales.
Ayer, antes de partir hacia Toulouse, ciudad en la que el pasado día 21 una explosión de nitrato de amonio mató a 29 personas, Nadal echó de menos la presencia de un Consorcio de la Química, el cual, tras ser anunciada su creación, fue abortado por la oposición de municipios como Vila-seca o Salou, que temían que la industria química se constituyera en un lobby opuesto a los intereses del sector turístico.
Sobre el controvertido consorcio, Nadal destacó la 'coducta responsable' que mantienen las industrias químicas en Tarragona.
Planes de seguridad
Las declaraciones del alcalde de Tarragona se produjeron poco antes de que una delegación municipal, formada por una docena de técnicos y cinco representantes de los diferentes grupos municipales (entre ellos el propio Nadal) partieran hacia Toulouse, en una visita que se prolongará hasta el miércoles. La comisión verificará las características del plan de emergencia interior y exterior de la fábrica AZT francesa, en cuyas instalaciones se originó la mortal explosión el pasado 21 de septiembre.
Los concejales y técnicos de Tarragona se entrevistarán hoy con los responsables municipales de la ciudad francesa encargados de cuestiones de protección civil y visitarán el lugar en el que se produjo la explosión, así como los efectos de la misma en el cercano barrio del Mirail, en el que viven unas 30.000 personas y que se encuentra a tan sólo 600 metros de la fábrica accidentada. Esta circunstancia, muy semejante a la que se da en algunos barrios de Tarragona como los situados hacia poniente -en algunas zonas separados sólo por la carretera N-340-, fue el detonante de la alarma entre los responsables municipales de que un siniestro como el de Toulouse se pudiera dar en Tarragona. Un día después del accidente, Joan Miquel Nadal convocó a los responsables del Plan de Seguridad Exterior de la Química de Tarragona y a la AEQT para crear una comisión de seguimiento del accidente en la ciudad francesa. Inmediatamente se dispuso el envío de técnicos municipales y de la Generalitat, cuyo informe sobre el siniestro se hará público después de que las autoridades francesas dictaminen cuáles fueron las causas de la explosión del silo de nitrato de amonio.
El informe preliminar abundaba, como avanzó el alcalde de Tarragona, en la teoría de que una situación similar es impensable en Tarragona, puesto que no se almacena ni produce nitrato de amonio. La fábrica AZT es mucho más antigua (se inauguró en la década de 1920) que las que se han construido en Tarragona (creadas a partir de 1970) y en la ciudad francesa nunca se realizó un simulacro que involucrara a la población. En Tarragona se realizó uno en marzo para comprobar el funcionamiento de los sistemas de alarma y emergencia.
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