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Reportaje:

CAF acelera por la vía de la alta velocidad

El modelo BRAVA será el primer tren diseñado y fabricado íntegramente en España

La apuesta de CAF es la alta velocidad. Ya lo anunció su presidente, José María Baztarrica, en la junta de accionistas de junio, pero lo que entonces era sólo un propósito, hoy es una realidad. La adjudicación a CAF el 14 de septiembre del contrato de fabricación de 12 trenes de alta velocidad por Renfe ha instalado a la centenaria empresa guipuzcoana en la velocidad punta.

Con los últimos contratos, la cartera de pedidos de la empresa guipuzcoana alcanza los 210.000 millones en lo que va de año

'Completaremos nuestra gama con una presencia mucho más activa en los subsectores de la velocidad alta', dijo Baztarrica en la junta de junio, y la promesa se ha cumplido. El contrato de fabricación de 12 trenes de alta velocidad con cambio de ancho de vía automático, por un importe de 115,5 millones de euros , hará realidad 'el primer tren diseñado y fabricado íntegramente en España', destacan desde CAF (Constructora y Auxiliar de Ferrocarriles). Los trenes autopropulsados, de cuatro coches cada uno, recientemente adjudicados, estrenarán el sistema BRAVA (Bogie de rodadura desplazable de ancho variable), que ha costado año y medio de investigación y una inversión de 1.500 millones de pesetas.

Este sistema permite el cambio automático de vía (de 1.435 mm a 1.668 mm, o viceversa) sin necesidad de parar, a una velocidad de 30 kilómetros por hora. Aunque los trenes de Renfe marcharán a 250 kilómetros por hora, en pruebas el BRAVA ha sobrepasado ampliamente los criterios de estabilidad y seguridad a una velocidad de 275 kilómetros por hora.

En los últimos seis años, 120 ingenieros se han incorporado al departamento de investigación y desarrollo de CAF, que en el próximo trienio engordará su plantilla con la contratación de 100 técnicos especializados, que buscarán por toda Europa. Las nuevas incorporaciones estrenarán en la primavera del próximo año la nueva planta que se está construyendo en Beasain y donde CAF quiere centralizar toda la ingeniería y el desarrollo de producto. La idea de la empresa es aprovechar la tecnología del BRAVA y otros desarrollos propios para sacar chispas al mercado de la alta velocidad y fabricar trenes que circulen más rápido.

Además de este último contrato, la firma guipuzcoana comparte con Alstom el concurso de trenes lanzadera para las líneas de alta velocidad de Renfe, y está negociando con Siemens su participación en el multimillonario contrato (60.000 millones de pesetas) que Renfe adjudicó a la alemana para fabricar 16 trenes ICE 350. Aunque sobre este tema los responsables de CAF se muestran muy prudentes y mantienen que, de momento, siguen las ya largas conversaciones para colaborar en la fabricación y quizás también en la tecnología del nuevo AVE que unirá Madrid y Barcelona con alta velocidad.

Pero no es el BRAVA el único sistema desarrollado en la factoría de Beasain. CAF cuenta también con un sistema propio de suspensión activa para vehículos ferroviarios, una técnica basculante que permite aumentar la velocidad en un 20% en trayectos sinuosos. Este sistema funciona ya en los trenes regionales que circulan en Andalucía y se incorporará también a las 21 unidades diesel que ya se están fabricando por encargo de Renfe.

Otra tecnología propia es una rueda de ferrocarril de bajo ruido, que reduce considerablemente la contaminación acústica en metros y trenes de cercanías. Con estos desarrollos, la empresa espera seguir adjudicándose nuevos contratos para los trenes regionales de la compañía ferroviaria y ampliar su presencia en el exterior. Los metros de Barcelona, Bilbao y Madrid, el tranvía de Bilbao y los trenes de cercanías de la Generalitat de Cataluña son algunas unidades que se están fabricando en la planta de Beasain.

Cartera de pedidos

Con los últimos contratos, la cartera de pedidos de CAF a estas alturas del año alcanza los 210.000 millones de pesetas, que se notarán, sobre todo, en la facturación del próximo ejercicio. Los últimos datos que ha aportado la compañía sitúan hasta el pasado mes de agosto las ventas en los 48.708 millones de pesetas, y el beneficio, en los 1.032 millones.

El 65% de los encargos proviene de los mercados exteriores. EE UU, donde la empresa vasca ha vendido más de 600 millones de dólares (109.500 millones de pesetas), es el puntal de la empresa en el extranjero. Para responder a los pedidos que tiene para el metro de Washington y los trenes de Sacramento y Pittsburgh, CAF compró el año pasado una planta en Elmyra (Nueva York), donde centralizará todos los contratos pendientes. A esta instalación se suman las plantas que tiene en California y Maryland. Irlanda, Reino Unido e Italia, -donde se ha adjudicado un contrato por importe de 38.400 millones de pesetas del Ayuntamiento de Roma-, son otros países que han recurrido a CAF para modernizar sus infraestructuras ferroviarias.

Los accionistas de referencia en CAF son las tres cajas vascas y los 1.895 trabajadores de la empresa, que controlan el 18,4% del capital y que comenzarán a recibir beneficios por primera vez el próximo año. BBK, que aspira a controlar el 20% del capital, acaba de aumentar su participación en un 1,1%, situándola en el 19,7%. La guipuzcoana Kutxa y la alavesa Vital controlan el 10,2% y 5%, respectivamente.

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