El director de 'El pacto de los lobos' reivindica en Sitges el cine de aventuras
Siendo adicto a las películas de capa y espada, a los cómics y a los filmes asiáticos de artes marciales de los años setenta no resulta nada extraño que a Christophe Gans, francés de 41 años, le haya salido una película como El pacto de los lobos. Un largometraje que se ha convertido en un taquillazo en su país y que el director etiquetó ayer en el Festival de Sitges de 'pura aventura'. Gans reivindicó el cine como entretenimiento y comparó El pacto de los lobos con Tarzán o las peripecias del detective del Oeste Jim West. 'Para mí, lo importante es que niños y mayores salgan satisfechos del cine. No pretendo nada más', resumió el cineasta, que hasta ahora ha rodado dos producciones en esta misma línea: Los ahogados, basada en un cuento de H. P. Lovecraft, y Crying freeman: los paraísos perdidos, adaptación de un manga japonés.
Gans estuvo acompañado en la presentación de su película en Sitges de dos de los principales protagonistas: el francés Vincent Cassel, en la ficción un atormentado aristócrata que perdió un brazo en una batalla naval, y el hawaiano Mark Dacascos, un atlético experto en kung-fu que en la cinta despliega toda su sabiduría, que es mucha, en esta materia. El director consideró pertinente y nada anacrónico el empleo de artes marciales en un filme situado a las puertas de la Revolución Francesa, no porque se ajuste a la verdad histórica, sino, de nuevo, porque sirve al espectáculo. 'Tampoco en las películas de Errol Flynn se lucha como se hacía en la época de los caballeros andantes, ni los peplum reproducen exactamente cómo peleaban los gladiadores en el circo romano. Todo eso son recursos. Claro que nadie en la Francia del siglo XVIII luchaba como lo hace Mark, pero qué importa'. En este punto, Gans no ocultó que, además de la belleza plástica que aporta el kung-fu a la película, también lo introdujo para atraer a un público joven. No en vano el colectivo adolescente es el mayor consumidor de cine, y la cinta tiene que resarcirse de los 5.000 millones de pesetas que costó. Mark Dacascos quiso distanciar El pacto de los lobos de las producciones de artes marciales, 'que son sólo moda'.
El pacto de los lobos se apoya en un hecho verídico. Estamos en la región de Gévaudan, en el sureste francés, a mediados del siglo XVIII. Una extraña bestia tiene aterrorizados a todos los habitantes del lugar. 'La historia', contó el director, 'no está inspirada en ninguna leyenda, es auténtica. Jamás se supo la verdad sobre los muchos muertos que hubo, pero todo coincidió con el final del oscurantismo y el inicio de la era moderna. Yo veo a la bestia como el último dragón de la época de las leyendas'.
Babelia
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