Una existencia digna
'THIS MEANS YOU' (¡esto le concierne a usted!), clamaba en 1941 una columna política de la revista Aufbau, en la que una filósofa judía desconocida alertaba desde Nueva York contra lo que ocurría en Alemania. Propugnaba la formación de un ejército judío para combatir a Hitler y responder con cohesión de pueblo a la persecución nazi, en vez de ser defendidos por otros y sobrevivir 'acomodándose a cualquier circunstancia'. Esta postura combativa expresada con pasión caracteriza plásticamente a Hannah Arendt (Hannover, 1906-Nueva York, 1975), pensadora y activista política, poeta, profesora universitaria, y sin duda uno de los personajes más destacados del siglo XX.
Autora de obras tan fundamentales como Los orígenes del totalitarismo (Taurus, 1999) o Sobre la revolución (Alianza, 1988), fue -eso se desprende nítidamente de esta biografía transparente, si bien un tanto simplista y torpemente traducida- un ser humano ejemplar, de una excepcional integridad personal, que vivía lo que postulaba en sus escritos: participar activamente en la conformación de un mundo común. Sobrellevó con entereza y serenidad verdaderamente socráticas una existencia accidentada -por la época que le tocó vivir- y extenuante -por las muchas causas con las que se comprometió y el rigor de trabajo con que las afrontaba-. Se tratara de las acciones de sabotaje de los partisanos de Menahem Begin ('delincuentes lanzabombas') o de la guerra de Vietnam ('esa guerra loca, sucia, inútil'), Hannah Arendt se implicaba y mantenía su juicio independiente. Mucho valor hubo de tener una judía para criticar en aquella época a los sionistas y a los padres fundadores del Estado de Israel.
¡Y qué vida más agitada la suya! Tras una juventud dorada -familia acomodada, estudios con Jaspers y Heidegger, en medio una difícil historia de amor con éste último a los 19 años-, se sumó a la lucha clandestina contra el antisemitismo y tuvo que huir de los nazis a París en 1933. En 1940 fue internada en el tristemente famoso campo de mujeres de Gurs, pero logró fugarse y llegar finalmente con su marido y su madre a Estados Unidos. Allí empezó otra vez de cero: trabajó hasta de au pair para mantener a su familia, y no fue antes de los 45 años que pudo publicar su primer libro, escrito, por cierto, en inglés. Fue atacada ferozmente por su tesis de 'la banalidad del mal', a raíz de la publicación de su libro Eichmann en Jerusalén (Lumen, 1999), y se la miró con desconfianza por mantenerse fiel a su amistad con Heidegger, quien había simpatizado con los nazis. Hannah Arendt no se dejó amedrentar ni se acomodó en el éxito tardío: 'Sólo podemos llevar una existencia digna de un ser humano al margen de la sociedad, y todo ello con humor, porque nos arriesgamos a ser lapidados o condenados a muerte'.
La filosofía como profesión o el amor al mundo. La vida de Hannah Arendt. Alois Prinz. Traducción de María Belén Ibarra de Diego. Herder. Barcelona, 2001. 310 páginas. 2.850 pesetas.
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