Una reivindicación por el monte mediterráneo
Cuando acaba de terminar en Granada el III Congreso Forestal Español, que ha resultado ser todo un éxito, con una participación de 1.300 personas, cabe hacer una reflexión general sobre lo que en él se ha concluido. Que los montes son importantes parece un axioma escasamente meditado, por lo obvio del término, y sin embargo no lo es tal. Es mejor cansarse de decirlo que no llegar a creérselo nunca, y es preciso hacerlo, de verdad. Nuestros montes, y en especial el mediterráneo en Andalucía, son un activo natural al que no hay que perder de vista. Sobre todo por su carácter multifuncional. Además del papel relevante que éste juega en la problemática del cambio climático, donde los científicos consideran seriamente a los bosques y matorrales como auténticos sumideros de CO2 y, por tanto, auténticas fábricas de oxígeno, fundamentales para la supervivencia del planeta; o la propia regulación del ciclo hidrológico, tarea fielmente realizada por los mismos, hay otros roles mucho más modestos que merecen ser considerados.
Al disfrute puro y duro del paisaje tal cual, con actividades tan rentables económicamente como el propio turismo en espacios naturales, se le unen otras funciones múltiples que hacen del monte una auténtica infraestructura ambiental de primer orden. La mayor de ellas, sin duda. Es generador de productos tan interesantes e importantes desde el punto de vista económico como la ganadería extensiva, la caza, las setas, o el corcho, materia prima fundamental por su uso imprescindible y en incremento de demanda, etcétera Productos que son el resultado del uso ordenado y sostenible de todos los recursos naturales que nos proporcionan esa excepcional biodiversidad y geodiversidad que el monte pone al servicio del ciudadano sin pedir nada a cambio.
O tal vez sí, y es hora de que de una vez, dejemos hablar al monte. Y eso es lo que ha hecho en este III Congreso Forestal Español, hablar a través de los 1.300 participantes que, día tras día, se han reunido, hablado, discutido y consensuado sobre él. Usuarios, propietarios, organizaciones de conservación, investigadores, técnicos, empresas y administraciones, han logrado elaborar un lenguaje común con conclusiones rotundas y sencillas. Los montes, y en el caso de Andalucía el monte mediterráneo, exigen un trato preferencial en las políticas ambientales de escala europea y nacional, ni más ni menos que el que se merecen. Siendo uno de los ecosistemas más importantes de la comunidad andaluza, el monte mediterráneo exige que se le dediquen los esfuerzos necesarios para su conservación.
Andalucía lleva apostando por el monte mediterráneo desde hace años. Años en los que se creó el Plan Forestal Andaluz, actualmente en proceso de revisión. Años en los que se aprobaron la Ley Forestal de Andalucía, la Ley de Prevención de Incendios Forestales y sus reglamentos. Años en los que se creó el dispositivo de incendios conocido como Plan INFOCA, que sin duda ha sido y es el mejor plan de conservación de la naturaleza de Andalucía. Años en los que tuvo lugar en nuestro territorio la Conferencia Internacional sobre Conservación y Uso Sostenible del Monte Mediterráneo y se aprobaron los primeros Planes de Desarrollo Sostenible de nuestros 23 parques naturales. Estamos cumpliendo nuestra parte del pacto: proteger nuestros montes. Pero queremos hacerlo aún mejor. Y para ello necesitamos que se respeten las promesas incumplidas, los acuerdos económicos alcanzados.
Y para ello, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, que cree en los derechos y potencialidades del monte mediterráneo, y ha liderado durante años en este ámbito la política forestal de este país, demanda al Gobierno central una mayor coordinación en sus actuaciones forestales, y el reconocimiento real de las competencias estrictas de cada comunidad autónoma en esta materia. Necesita que el Gobierno central colabore en esta labor con las comunidades autónomas. En Andalucía estamos dispuestos a llevar a cabo una política de entendimiento con el Gobierno de Madrid, llegar a un consenso, pero con la ayuda financiera que exige la ley. Ni más ni menos.
La próxima presidencia española de la Unión Europea surge como el momento idóneo para reconducir, de una vez por todas, y en el marco de la estrategia forestal europea, la política forestal española, esa política forestal basada en una visión integral y coordinada de la planificación, ordenación y gestión de nuestros montes atlánticos y mediterráneos, en la que creen las 1.300 personas que durante cuatro días han estado reunidas en Andalucía hablando, exclusivamente, del monte. Puede ser el momento clave para llevar a cabo una apuesta por nuestros montes que nos haga sentirnos orgullosos de esta infraestructura ambiental que, a veces, no nos merecemos. Por ello, la Consejería de Medio Ambiente se une al clamor unánime de Granada, o lo que es igual, al clamor unánime de los montes españoles.
Fuensanta Coves Botella es consejera de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.