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Reportaje:

10 horas para elegir un jurado

La elección del tribunal consume el inicio del juicio por el linchamiento de un camionero en Natzaret

Diez horas tardó en constituirse el jurado del caso Natzaret. Veintiséis personas se presentaron ayer, en medio de una gran espectación, en la sala del jurado del Palacio de Justicia de Valencia. En teoría, sólo sabían que podían ser seleccionados como jurados. Pero tardaron pocos minutos en interpretar la presencia de los medios de comunicación que desde las 8.00 esperaban la llegada a la Audiencia de José Muñoz Bautista, quien junto a su esposa, se enfrenta a la acusación del homicidio de Antonio Civantos, el hombre que atropello y causó la muerte de su hijo en diciembre de 1998 en el barrio de Natzaret.

Once mujeres y 15 hombres, de 24 a 70 años, soportaron en una intensa jornada los interrogatorios de los abogados. A las 10.30, minutos después de que entraran en la sala la magistrada- presidenta, Carolina Rius, y el acusado, letrados y fiscal iniciaron el minucioso examen que daba acceso a emitir un veredicto. 'Ardua tarea', dijo Jaime Sanz de Bremond, defensor de los acusados. 'Difícil elección', afirmaron Enrique Lozano y Carmen Peris, encargados de la acusación particular. El paso de las horas les dio la razón. A las 12.00, descanso para un café. A las 14.30, sólo nueve personas entrevistadas. En el patio del Palacio de Justicia, en la distancia más larga, se hallaban la viuda del conductor que murió linchado y algunos familiares de los acusados. A las 14.50 salió un grupo de aspirantes, los que ya habían intercambiado pareceres con los abogados, a comer, convenientemente vigilados. A las 15.00, el segundo turno. La custodia judicial tenía por objeto evitar el contacto con los que aún esperarían por la tarde a ser preguntados y poder así evaluar después su imparcialidad. A las 16.30, se reanudaron los cuestionarios. Pasadas las 17.30 se despejaron las primeras dudas. Al menos cuatro personas fueron rechazadas. Quedó claro que el día acabaría sin la preceptiva lectura de informes para que la vista oral comience, trámite aplazado para hoy, aunque pasadas las 20.30 quedó constituido el jurado.

Lo ocurrido en Natzaret el 4 de octubre, viernes, de 1998 exigía una criba especial para designar a los nueve miembros, más dos suplentes, del jurado. Antonio Civantos salió de la empresa en la que trabajaba, en la calle de Algemesí, conduciendo un camión. Su primera maniobra fue marcha atrás, para enganchar cabeza y remolque, justo delante del número 32 de esa calle. No se apercibió de la presencia del pequeño José, entonces de 22 meses. El cuerpo del pequeño quedó aplastado sobre el asfalto. Su hermana entró en casa a avisar a su madre. La mujer y el conductor se encontraron donde yacía el bebé. Los gritos atrajeron la presencia de otras personas que rodearon al camionero. Los insultos y chillidos hicieron que Antonio Civantos huyera. A pocos metros fue alcanzado por el padre del pequeño, José Muñoz Bautista, y otros testigos. Antonio Civantos murió en el enfrentamiento con ellos. Según la acusación particular, de los múltiples golpes y navajazos con ensañamiento. Según la defensa, a consecuencia de un golpe en la cabeza, sin que el autor fuera consciente de lo que hacía. Homicidio, como califica la fiscal y acepta la defensa, o asesinato. Agravente o atenuante. Culpable o inocente. Las pruebas se verán desde hoy hasta el próximo día 29.

El acusado del crimen de Natzaret, ayer, es conducido al interior del Palacio de Justicia.
El acusado del crimen de Natzaret, ayer, es conducido al interior del Palacio de Justicia.MÒNICA TORRES

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