Vendiendo billetes
Pau Gasol se encontrará en Memphis con un equipo que tiene unas prioridades bien definidas, y no pasan por ganar muchos partidos. Los pronósticos le sitúan como el equipo más débil de la NBA. En el viaje de Vancouver a Tennesee, ha perdido a sus dos mejores jugadores: Abdur Rahim y Mike Bibby. No es lo mejor para ganar, pero los Grizzlies tampoco tiraban cohetes con sus dos estrellas. Ni los jugadores estaban satisfechos en el club, ni el club se sentía feliz con ellos. Ni con Vancouver, donde tenían todos los boletos para convertirse en un equipo maldito.
El primer trabajo en Memphis consistirá en ganarse el aprecio de una ciudad que no ha contado hasta ahora con equipos profesionales de fútbol americano, hockey sobre hielo y béisbol. La tradición en la ciudad está relacionada con el baloncesto universitario. Desde hace décadas la Universidad de Memphis ha reunido excelentes jugadores, desde Keith Lee hasta Penny Hardaway. Uno de ellos fue Lorenzen Wright, que regresa por el traspaso de Rahim a Atlanta. Wright venderá entradas. Y Jason Williams, el famoso base procedente de los Kings, más todavía. De eso se trata en estos momentos. El objetivo es ofrecer diversión. Con Williams está asegurada la alegría, aunque su crédito ha descendido.
Aunque las expectativas son pesimistas, el equipo tiene algún atractivo: Michael Dickerson es el cañonero de toda la vida, puede anotar 20 puntos por partido. Shane Battier llega con tanto prestigio de la Universidad de Duke que también servirá como gancho publicitario. Hay dudas sobre su rendimiento en la NBA, donde sus críticos le achacan un punto de lentitud y falta de físico. Quizá subestiman a este jugador extraordinariamente listo, de esos que aprenden rápido por inteligentes y por tenaces. No hay mucho poderío bajo canasta: el joven Swift es un purasangre que está en el filo de la navaja. O se convierte en un buen jugador o se quedará convertido en una mediocridad de por vida. Wright mejorará al torpe Reeves como pívot, pero no es dominante.
En este paisaje, Gasol tiene todas las papeletas para comenzar como sexto hombre. Tendrá que vencer algunos prejuicios instalados en la prensa americana. Por europeo y por flaco. A su favor, Gasol tiene la férrea voluntad de un jugador que en apenas dos años se ha convertido en el mejor jugador español. También le convendrá el estilo rápido que impondrá Williams, un base que adora los contragolpes. Claro que para que eso ocurra los Grizzlies tendrán que capturar rebotes, bastante difícil a la vista de la plantilla.
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