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Entrevista:Rafael Camacho | Director general de la Radio Televisión de Andalucía

'No acepto que una minoría expida los certificados de calidad en la televisión'

Pregunta. ¿En qué se ha notado su mandato en la RTVA?

Respuesta. El valor de la RTVA como grupo empresarial es hoy superior al que era hace un año por tres razones. Primero, hemos puesto en marcha cuatro nuevos centros de producción y hemos puesto las bases para construir otro, con lo que enriquecemos el patrimonio de la RTVA. En segundo lugar, hemos avanzado mucho en lo que es el sitio de la RTVA en Internet, en las emisiones de nuestro canal por satélite, Canal Sur radio y Andalucía Información. Hoy nos oyen y nos ven en todo el mundo. En tercer lugar, hemos llevado la producción propia al nivel más alto de la historia de la televisión andaluza.

P. La oposición, especialmente el PP, le reprocha que se emita una programación 'chabacana'.

'Estoy haciendo un vídeo para mandárselo a Aznar sobre el trabajo de sus diputados'

R. El debate sobre la RTVA, tanto sobre la programación como sobre las cuentas, está montado sobre una farsa. Es un debate determinado por intereses políticos, comerciales y, en algunos casos, por intereses de particulares que quisieran estar y no están. Dicho esto, tengo que decir que cuando se descalifica la programación se está haciendo una burda manipulación. Canal Sur Televisión y Canal 2 Andalucía emiten 300 horas semanales de programación de las que 200 son de servicio público. La manipulación es reducir 300 horas semanales a tres imágentes aisladas. El ejemplo es el vídeo que ha hecho el PP. Estoy confeccionando un vídeo para mandárselo a Aznar sobre el trabajo de sus diputados. La pregunta que le haré a Aznar es si cree que con estos diputados cree que podrá ganar las elecciones en Andalucía algún siglo de estos. Cuando estos diputados me hablan de la telebasura, me asalta la tentación de preguntar si ellos no están practicando parlamentarismo basura.

P. ¿Cómo se puede mejorar la programación?

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R. La programación es mejorable, pero se necesita dinero. Estamos compitiendo con cadenas cuyos programas quintuplican o decuplican a los de esta casa en prime-time. En un mercado donde el usuario es el soberano y basta que toque el mando a distancia para cambiar de un canal a otro, no es fácil competir con programas de presupuesto tan desigual.

P. Parece como si fuera incompatible la audiencia y la calidad.

R. Ése es el gran reto. No obstante, la televisión andaluza es para todos los públicos no para un sector minoritario. Si alguien quiere una televisión más selecta, yo le diría que viera Canal 2 Andalucía. Aquí hay 7,3 millones de andaluces y no acepto que una minoría, social o política, expida los certificados de calidad.

P. ¿Tienen que hacer una función pedagógica las televisiones públicas?

R. Sí, absolutamente. Las televisiónes públicas tienen la obligación de informar, formar y entretener. Por eso, mientras otros ponen Tómbola en prime-time, yo pongo Los Reporteros y El Legado Andalusí. Contra lo que se cree, cuando uno coloca un programa de alta calidad en prime-time lo está penalizando porque lo ve menos gente.

P. ¿Para competir hay que bajar el nivel de exigencia?

R. No. La televisión también tiene una función muy importante que es el entretenimiento. El gran debate que hay en la Unión Europea es cómo definir y acotar el servicio público. Hay un sector que cree que el servicio público hay que considerarlo en sentido restrictivo y, por lo tanto, conduciría a las televisiones públicas casi a la condición de un canal temático de escasa audiencia. Yo creo, y cree otro sector muy mayoritario, que el servicio público hay que entenderlo de una forma más extensiva, en la que se considere el servicio público como entretenimiento. Lo que tenemos que evitar las televisiones públicas es desfigurar nuestra parrilla de programación hasta el punto de que no haya diferencia con las de las privadas. En estos momentos existe ese riesgo, y en muchos casos esa realidad, porque nunca se ha definido claramente el modelo de la televisión pública y hay que hacerlo.

P. La línea informativa de las cadenas públicas depende mucho del gobierno de turno. ¿Cómo se puede romper ese vínculo?

R. Eso suele ocurrir, los hechos son tozudos. La redefinición del modelo debe incluir a la financiación pero también a los contenidos. En todo caso, debe garantizarse otro de los principios básicos de la televisión pública, como es la información veraz y rigurosa y la pluralidad de opiniones.

P. ¿Son las televisiones públicas instrumentos fundamentales para los gobiernos?

R. Hasta ahora, por lo que conocemos aquí y en otros países, los gobiernos siempre tienen la tentación de controlar las televisiones públicas. Lo que hay que hacer es poner un sistema de aplicación general que evite esa tentación. No obstante, hay cierta mitificación de la gubernamentalización de las televisiones públicas.

P. Hace un año dijo que hay que resolver el problema financiero de la RTVA.

R. Sí. Hay un dictamen de la UE que acepta la financiación mixta de las televisiones públicas. La RTVA ha crecido mucho en los últimos tres años en actividad, en empleo, en horas de emisión, en canales, estamos en Internet... Ha habido un gran crecimiento del grupo empresarial y el presupuesto no ha ido acorde a ese crecimiento. Eso significa que hay una insuficiencia presupuestaria objetiva y, por tanto, un déficit coyuntural. Quiero advertir que la subvención pública va para un grupo empresarial, en un sector estratégico de la economía, que tiene 1.350 empleos directos y que mantiene más de esa cifra en empleos indirectos a través de los más de 12.000 millones que cada año inyecta por la vía de compras de mercaderías o por trabajos realizados por otras empresas para la producción.

P. Ha hablado de un problema coyuntural, pero si no se resuelve puede ser estructural.

R. La financiación mixta significa que tiene que haber una financiación pública y una financiación vía ingresos comerciales, vía publicidad. Lo que digo es que cuando hablamos del nuevo modelo, y así lo ha pedido el consejo de administración de esta empresa, es necesario concretar la suficiencia financiera. Y ¿cómo se garantiza? Pues diciéndole a la radio y televisión pública: 'Queremos que hagas esto'. La UE habla del principio de proporcionalidad, es decir, que haya proporcionalidad entre la financiación pública y el servicio público que se financia. Ya hay modelos en este sentido: qué se va a financiar con dinero público y qué con los ingresos comerciales. Este planteamiento tenemos que hacerlo aquí. Si hay un grupo que tiene una estructura determinada, y se piensa que ésa es la estructura idónea, es decir, si se piensa que este grupo, como yo creo, debe mantener tres canales de televisión, tres canales de radio y sus participaciones en empresas del sector, debe tener una financiación acorde a su dimensión empresarial.

P. ¿Ha hecho esta demanda al Gobierno?

R. Sí, sí, estas reflexiones se las he hecho llegar al Gobierno y estoy seguro de que lo entiende y que pondrá los medios para solventar esa insuficiencia.

P. ¿Cuál es la deuda de RTVA?

R. La deuda no llega al 10% de su presupuesto, que asciende a unos 30.000 millones de pesetas, y la subvención pública es de unos 18.000 millones.

P. El PP ha vetado por primera vez en la democracia un acuerdo entre comunidades, como es el protocolo entre Andalucía y Extremadura sobre la emisión de Canal Sur.

R. El cerebro de esta posición del PP tiene que ser un virtuoso porque ha convertido un asunto menor en un problema político de envergadura y de consecuencias políticas imprevisibles. Políticamente, esta decisión es un mal negocio para el PP, que sólo puede arrojarle pérdidas. Y técnicamente, impedir las emisiones de Canal Sur en Extremadura no sólo es ilegal sino que es imposible. ¿Quién me puede impedir programar para Extremadura como hace Telemadrid para Castilla-León o Castilla-La Macha ¿Va a levantar el PP un escudo antiondas hertzianas?

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