Un centenar de vecinos de Rincón de la Victoria, desalojados de sus casas tras una fuerte tormenta
El pueblo malagueño sufrió una gran inundación agravada por deficiencias en las infraestructuras
Entre las ocho y las nueve de la mañana de ayer, el municipio malagueño de Rincón de la Victoria registró una fortísima tormenta que dejó de 80 a 90 litros de agua por metro cuadrado, provocando daños en casas, coches y locales comerciales, además de inundar la carretera N-340 hasta tal punto que la circulación no pudo restablecerse hasta las 12.30 del mediodía. Más de cien vecinos pasaron la noche fuera de sus casas en hoteles dispuestos por el ayuntamiento. La avenida de agua de los arroyos del término municipal quedó contenida por el muro del paseo marítimo, construido sobre el nivel del mar.
A las 9.30 de la mañana, el Rincón de la Victoria, un municipio costero malagueño de 24.000 habitantes, era un auténtico caos: vehículos arrastrados o cubiertos por el agua, casas y negocios inundados, carreteras colapsadas y gente tratando de contener el desastre por todas partes. En la zona alta de la localidad, un terreno de monte rodeado por la Autovía del Mediterráneo, se produjeron desprendimientos de tierra y peligrosas avenidas de agua.
Pero la peor parte la llevó la zona costera. Las obras de embovedado de dos de los arroyos del término municipal, el de San Juan en la población de La Cala del Moral y el del Cementerio en el centro de la localidad, habían dejado cegados los cauces. Esto provocó violentas riadas de agua que llegaron arrastrando barro, ramas y piedras hasta la N-340, carretera que discurre paralela a las playas de Rincón.
Pero hubo otro problema añadido. El muro del paseo marítimo, construido sobre el nivel del mar y que en algunas partes se eleva más de dos metros sobre las casas que lindan con él, actuó de dique, impidiendo el desagüe y provocando la inundación de decenas de viviendas.
Los vecinos de esta zona, el barrio de pescadores, tuvieron que romper tramos del muro del paseo para permitir que el agua fluyera hacia el mar y evitar un desastre mayor. 'El único desagüe por el que podía descargar el agua estaba cubierto con una rejilla para impedir que los niños se metieran en el tubo, y se ha cegado también por todos los materiales que arrastraba el agua', explicaba un operario inmerso en las tareas de limpieza.
Dentro de las casas, el agua llegó a subir más de un metro. 'He pasado un miedo terrible, terrible', lloraba Carmela, una mujer sexagenaria que vive sola en una de las casas. 'Si mi hermano no viene rápido y abren una grieta en el muro, me ahogo'. Su hermano, Juan, un pescador del pueblo, estaba indignado. 'Cuando construyeron el paseo marítimo hicimos hasta manifestaciones para exigir que pusieran unos desagües en condiciones o que no lo construyeran en alto, y no nos hicieron ningún caso. Nosotros ya sabíamos que esto iba a pasar', bramaba.
El aguacero obligó a desalojar a una decena de familias y paralizó todo el pueblo. Los colegios e institutos no pudieron abrir sus puertas, ni tampoco la mayoría de comercios. El centro de salud permaneció también cerrado, salvo la puerta de urgencias. La Policía Local recibió 75 llamadas de auxilio sólo en la primera hora. 'Nos reclaman desde todos los puntos del pueblo', comentó el comisario.
El ayuntamiento puso todos sus vehículos a disposición de la Guardia Civil y Protección Civil, que coordinaron las labores de limpieza. Pero para terminar de complicarlo todo, la red eléctrica también quedó averiada, provocando un corte de luz y de líneas telefónicas que afectó a más de 12.000 personas y se prolongó más de tres horas.
En la salida del pueblo hacia Málaga, el arroyo de Totalán, el más importante del término municipal y en cuya rambla se está construyendo un centro comercial, experimentó una importante crecida. Siete vehículos pertenecientes a trabajadores de la obra del centro fueron arrastrados por las aguas. Fuentes de la Confederación Hidrográfica del Sur comentaron ayer que el organismo está realizando un deslinde del arroyo, ya que existen seis denuncias contra construcciones ilegales en el cauce del mismo. Una de estas denuncias, según las mismas fuentes, afecta al propio ayuntamiento.
Zona catastrófica
El concejal de Urbanismo, Diego Narbona, anunció ayer que el consistorio se plantea pedir la declaración de zona catastrófica para poder abordar la reparación de los daños causados por el temporal. El pleno municipal valorará hoy, en una sesión extraordinaria, los daños causados por el temporal y la conveniencia de pedir ayuda económica para afrontarlos. Una valoración provisional sitúa las pérdidas por encima de los 1.000 millones de pesetas. El saldo es terrible: aparte de los desperfectos en calles, carreteras y mobiliario urbano, se han producido numerosísimos destrozos en propiedades privadas. Decenas de garajes subterráneos han quedado anegados con vehículos atrapados dentro. Multitud de negocios y casas particulares han sufrido pérdidas de mobiliario y averías. Los vecinos reclamaban ayer responsabilidades al ayuntamiento. 'Las alcantarillas se han desbordado porque no estaban limpias, y eso sí han tenido tiempo de hacerlo', decía la propietaria de un comercio de alimentación del centro, cuyo negocio se había inundado al saltar un registro cercano.
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