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Reportaje:La llegada de Guardiola a la Liga italiana | FÚTBOL

El refugio de Roberto Baggio

El Brescia es un club modesto, con 18 temporadas en Primera, sin títulos ni participaciones europeas

José Sámano

Dos de los personajes más entrañables del calcio arroparán a Guardiola en su aventura italiana: Carletto Mazzone, el técnico más veterano del campeonato, con 64 años y casi mil partidos en un banquillo, y Roberto Baggio, il codino (la coleta), uno de los mejores jugadores que ha alumbrado Italia. Ambos son los pilares sobre los que gravita el Brescia, un modestísimo club del norte de Italia que cumple su 18ª temporada en la Primera Divisón. Jamás ha estado más de tres campañas consecutivas en esa categoría -y de ello hace cincuenta años-, no tiene título alguno y nunca se ha asomado a Europa en sus 90 años de historia -fue fundado por un grupo de aficionados ingleses en 1911-. Lo máximo que ha pagado por un jugador fueron tres millones de dólares de la temporada 1992-1993 y su afortunado fue el rumano Hagi. Desde entonces no ha subido el listón.

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Pese a su humildad, el club lombardo vive uno de sus momentos más dulces. La temporada pasada eliminó al Juventus de la Copa y selló su mejor clasificación de la historia, con un octavo puesto que le permitió jugar la Intertoto. En una de las tres finales del torneo, el París Saint Germain le impidió bautizarse en Europa.

Uno de los culpables de esta prosperidad es Luigi Corioni, de 64 años, dueño de una fábrica de sanitarios y propietario del Brescia desde enero de 1992. Corioni no es ningún advenedizo. A principios de los ochenta fue consejero del Milan y, más tarde, fue durante seis años presidente del Bolonia. Su mandato en el Brescia ha estado teñido de polémica. La pasada temporada un grupo de hinchas radicales del club zarandeó el coche en el que llegaba al estadio una hija suya. La afición se rebeló contra la presencia de familiares de Corioni en la sala de mandos.

Decidido a estabilizar al club entre la élite italiana, Corioni firmó el pasado día 19 con las autoridades locales de Brescia el convenio necesario para construir un nuevo estadio que estará listo para la temporada 2003-2004. Por ahora, el equipo juega en el Mario Rigamonti, con capacidad para 27.547 espectadores y enclavado en una ciudad de 200.000 habitantes. Una localidad sin aeropuerto, próxima a Milán, que se distingue por sus numerosas iglesias medievales y edificios renacentistas.

Deportivamente, en Brescia se frotan los ojos con la fantástica resurrección de Roberto Baggio, que a sus 34 años ha vuelto a encender todas sus luces. Con su séptimo equipo -jugó con el Vicenza, Fiorentina, Juventus, Milan, Bolonia e Inter-, Baggio firmó la pasada temporada diez goles en 25 partidos. Con Baggio como eje, el Brescia es uno de los equipos con mejor gusto del fútbol italiano.

Su estrella brilla de tal manera que el pasado día 16, el seleccionador italiano, Giovanni Trapattoni, se dejó caer por el Mario Rigamonti para ver con sus propios ojos el milagro de Baggio. El Brescia perdía 0-1 con el Lecce a falta de diez minutos, momento en el que Trapp dio la espantada y se marchó del campo. Con tanta prisa se perdió un gol de Baggio muy especial, porque permitió al Brescia sumar su vigésimo partido consecutivo invicto -sumando la Intertoto y el final de la pasada temporada- y elevó la cuenta goleadora de Baggio a 172 goles, los mismos que lleva Batistuta en el calcio. Una cifra fabulosa para un jugador atrevido y delicado, con enorme capacidad para asistir a sus compañeros y sin alergia al área rival en un fútbol tan rácano, donde no siempre ha tenido el amparo de los técnicos. 'Quienes me consideraban acabado tendrán que tragárselo, quiero jugar el Mundial asiático y luego retirarme', sostiene el capitán del Brescia. Buena noticia para Guardiola, que encontrará a su mejor socio también muy motivado en una temporada premundialista. Al margen de Baggio, poco más tiene en su reputada chistera con clubes modestos el paternalista Mazzone -un romano que entrena ininterrumpidamente desde 1968-. Sus jugadores más relevantes son el portero internacional checo Srnicek, el centrocampista Giunti -ex del Milan-, el delantero albanés Tare y el defensa internacional Bonera. Con Guardiola y Baggio enfilados, el Brescia, séptimo en la liga, sueña con un poco de gloria en un torneo de gigantes.

Guardiola, junto a Roberto Baggio, ayer en Brescia.
Guardiola, junto a Roberto Baggio, ayer en Brescia.TEJEDERAS

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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