Mayor Oreja, desaparecido tras el combate electoral
Jaime Mayor Oreja, bien como responsable de la refundación del centro derecha en Euskadi o como candidato a lehendakari del PP, y sobre todo como ministro del Interior, nunca ha sido un político guadiana o una de esas necesarias segundas espadas que sólo operan entre bambalinas. Dar la cara, remarcar su talante diplomático o subrayar su faceta más inflexible, según el papel jugado en cada momento de su carrera política, han sido papeles desarrollados con profesionalidad por un político que ha visto truncadas momentáneamente sus aspiraciones inmediatas.
Mayor pasaba por ser el profeta del cambio en el País Vasco, el portador de las recetas para la necesaria 'regeneración ética y política', tal y como se encargaron él y sus más estrechos colaboradores en predicar en los meses previos a las elecciones vascas del 13 de mayo. El ministro mejor valorado del Gabinete de José María Aznar era enviado desde Madrid para una de sus misiones más arriesgadas: desbancar al nacionalismo después de más de dos décadas de poder absoluto o compartido por parte del partido que dirige Xabier Arzalluz. Y en el mismo equipaje portaba la, entonces, impensable posibilidad del fracaso.
Lenta recuperación
Sin embargo, da la sensación de que el ex ministro se recupera muy lentamente aún del varapalo sufrido en las elecciones vascas. Sus apariciones públicas tras los comicios han sido contadísimas: alguna declaración de fin de semana en alguna comunidad próxima al País Vasco, esporádicas entrevistas en los medios de comunicación y la obligada comparecencia con los periodistas de comienzo de curso tras las vacaciones estivales, el pasado 7 de septiembre. Desde entonces, salvo alguna intervención menor para hacer suya la renovada doctrina de Aznar sobre ETA tras el ataque a Estado Unidos, Mayor pasa por desaparecido tras el duro combate anterior al 13-M.
Pero esta inactividad no es sínónimo de desfallecimiento de uno de los políticos que mejor ha manejado sus relaciones con la prensa, y mejor ha cuidado sus mensajes contra la estrategia soberanista del nacionalismo vasco, incluso cuando estaba al frente del Ministerio del Interior. Sin perder de vista los posibles destinos que puedan depararle el congreso del PP en enero y las elecciones municipales, Mayor volverá a encarnar el viernes el papel de jefe del primer partido de la oposición vasca en primera línea.
Mayor volverá a levantar la voz para exigir desde la tribuna más 'convicción y contudencia' para acabar con ETA. Y lo hará con términos unívocos: 'diálogo, sí, indispensable, pero entre las potencias occidentales y entre los demócratas para acabar con el terrorismo en cualquiera de sus formas', según adelantó a este periódico. 'Pacificación, sí, pero como sinónimo de desarticulación no sólo de los comandos de ETA, sino del entramado interior que tiene el terrorismo en Euskadi, el mismo que genera el miedo y coarta las libertades de los ciudadanos en este país'.
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