GAFE DEL FUNICULAR

El tren de Bulnes no pita. El polémico funicular de los Picos de Europa, cuya construcción se inició durante el Gobierno de la Unión Renovadora Asturiana (URAS) y que el Ejecutivo socialista terminó, que tiene a favor a las decenas de habitantes del pequeño pueblo del municipio de Cabrales y los promotores turísticos y en contra a ecologistas, montañeros y a todo aquel que lucha por preservar ese precioso paisaje natural, no acaba de arrancar del todo. Sigue fallando, y en especial cuando viaja el consejero de Infraestructuras del Principado de Asturias, Juan Ramón García Secades, que hasta ahora no ha conseguido realizar un viaje de ida y vuelta sin averías. El funicular realizó el lunes dos viajes a la aldea vecina al pico Urriellu (también conocido como Naranjo de Bulnes), en el corazón del parque nacional de los Picos de Europa, y en los dos recorridos de vuelta se detuvo por sendas caídas de tensión eléctrica. Nada importante en una situación normal; claro que, dentro de su situación de polémica permanente, con la obra terminada desde hace meses y sin apertura oficial debido a la disputa político-conservacionista, el hecho mueve a risa. Y es que, como ya había ocurrido en la anterior visita a Bulnes de García Secades, unos días antes de la pasada Navidad, el remonte detuvo su marcha a medio camino. En la primera ocasión fue porque alguien pulsó inadvertidamente un mecanismo de emergencia por dos veces, según la explicación oficial. Las paradas del lunes fueron consecuencia de averías eléctricas. Sea cual sea el motivo, el tren se para cuando viaja el consejero de Infraestructuras.