Altercados y mala suerte

El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional han embarrancado en sus últimas citas. Sus reuniones se han convertido desde hace meses en un quebradero de cabeza para sus responsables. La mala suerte ha hecho que ahora tenga que anular su cita en Washington para evitar que las esperadas protestas de los grupos antiglobalización resten efectivos policiales a las operaciones de rescate que se llevan a cabo en ese país tras los atentados terroristas. En mayo pasado, el Banco Mundial tuvo que anular otra cita en Barcelona. En este caso, fue por temor a acciones violentas de los grupos antiglobalización, que llevaban semanas advirtiendo de que boicotearían la reunión.

Internet se convirtió en la alternativa a la cita de Barcelona. Los responsables del banco decidieron hacer la reunión a través de la Red para disgusto del sector hotelero de la ciudad, que esperaba con impaciencia la llegada de casi un millar de personas con alto poder adquisitivo que debían participar en el evento.

La anulación de la cita de Barcelona había estado precedida por los incidentes que se produjeron durante la reunión de las dos instituciones celebrada el año anterior en Praga. Después vinieron los incidentes de Génova, que se saldaron con la muerte de un joven antiglobalización durante la reunión del G-8, que agrupa a los ocho países más poderosos del planeta.