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Un portero de la sala Yes Yesterday niega que matase a un cliente a golpes

La fiscal considera que fue un asesinato y solicita 18 años de cárcel

Había bebido y se cayó al suelo con tan mala suerte que se golpeó en la cabeza y murió unas horas después porque nadie le atendió. Así se explicó ayer en la Audiencia de Barcelona David Barrio, un portero de la la discoteca Yes and Yesterday de L'Hospitalet al que la fiscalía acusa de haber matado a un cliente de un tremendo golpe en la cabeza en el verano de 1998. El portero afronta una petición fiscal de 18 años de cárcel, pero ayer lo negó casi todo, excepto que expulsó al cliente de la sala de fiestas

Los hechos que ayer se empezaron a juzgar con un tribunal popular causaron una enorme polémica en su día y llegaron incluso a provocar el cierre de la discoteca. Pero la sala volvió a abrir al cabo de unas semanas y el principal acusado de los hechos está en libertad provisional. Desde entonces ha perdido mucho peso y ayer, tres años después, no presentaba el aspecto imponente que exhiben algunos vigilantes de seguridad. Otro compañero de trabajo, Jorge Vilaboa, también está acusado de encubrir el asesinato y será juzgado en otro procedimiento aparte.

Antes de iniciarse la declaración de Barrio, su abogada ya había explicado al jurado que todo 'fue un accidente', que 'nadie golpeó' a Juan Antonio Ferreira, de 30 años, la noche de los hechos. 'Perdió el equilibrio y se cayó porque había bebido', añadió la defensa. En su opinión, 'la verdad es la mejor coartada' y su cliente 'nada tuvo que ver con la tragedia'.

Antes, la fiscal también había advertido a los miembros del jurado de que el acusado podía mentir porque la ley se lo permite, de que en su declaración no recordaría los hechos y de que, lógicamente, negaría haber golpeado mortalmente al cliente. Pero precisó que en el juicio también declararán testigos y médicos para rebatir esa tesis. Los abogados de los padres de la víctima y su compañera apoyan el relato de la fiscalía, que reclama 35 millones de pesetas de indemnización.

La muerte se produjo el 16 de agosto de 1998, cuando Juan Antonio Ferreira se introdujo por error en el lavabo de mujeres de la discoteca. El acusado y un compañero lo vieron y lo sacaron de allí y poco después el cliente explicó a su compañera lo que había ocurrido, al tiempo que hacía un gesto obsceno con el dedo corazón en alusión al vigilante. Este no se contuvo y fue a por él, según admitió ayer mismo. Como experto en artes marciales que es, David Barrio le hizo una llave de yudo y lo sacó a la calle por la puerta de emergencia. 'Porque era la más cercana', según su declaración.

El acusado aseguró ayer que dejó al cliente frente a una pared y que cuando se volvió oyó un tremendo ruido. Era Ferreira, que se había caído, explicó al jurado. No opina así la fiscal, quien aseguró que el vigilante recibió un 'fulminante golpe' en el cráneo. El hombre estuvo unas horas indispuesto y mareado, pero pensó que se le pasaría. Catorce horas después entró en coma y murió al día siguiente.

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