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Reportaje:Novena etapa | VUELTA 2001

Un vecino boicotea la tele

Televisión Española no ofreció la etapa por la negativa de un zaragozano a ceder su azotea

Más de 120 profesionales arropan cada día a Carlos de Andrés y Perico Delgado en su retransmisión de la Vuelta. Además, Televisión Española dispone de dos aviones, otros tantos helicópteros, siete motos, una decena de camiones y vehículos de apoyo técnico, un autobús... No escatima medios. Sólo le falta capacidad de persuasión. Un vecino, uno sólo, de un edificio cercano a la meta de ayer, en la vía Universitas de Zaragoza, fue más fuerte que todo el despliegue televisivo. Obligó a desmontar de su terraza las antenas parabólicas necesarias para la conexión, y los millones de personas que siguen la Vuelta a diario en España y el extranjero se quedaron sin imágenes en directo. La etapa fue un asunto privado entre los ciclistas y sus directores. Sólo pudieron verse los últimos 500 metros, cuando Igor González de Galdeano entró por delante del pelotón. Un hecho insólito.

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El cierzo lanza al pelotón

Los elementos se conjuraron contra TVE. Primero, el viento hizo balancear la grúa de 45 metros de altura que se coloca en la meta. La fuerza del cierzo hizo saltar la señal de alarma automática del aparato, de modo que, por razones de seguridad, hubo que desmontar la grúa. Al comprobar desde la mañana la fuerza del viento, los técnicos televisivos optaron por llevar lo que denominan enlace fijo a la azotea de un edificio situado en vía Universitas 44, siempre con el permiso del presidente de la comunidad de vecinos. TVE compensa económicamente a la comunidad por esa instalación.

Eran poco más de las doce de la mañana cuando comenzaron los trabajos. Pasadas las dos y media de la tarde se produjo el incidente con el vecino y 'ante el cariz que tomaban las cosas', según fuentes de TVE, se desmontó el operativo. El protagonista del altercado amenazó con demandar al presidente de la comunidad y a Televisión Española. Según las mismas fuentes, el vecino argumentó su negativa escudándose en los recientes acontecimientos ocurridos en Manhattan y Washington, y aseguró estar harto de ceder su azotea cada vez que llegan a Zaragoza la Vuelta a España o a Aragón.

TVE no encontró ninguna manera de disuadirle. Pero había otras posibilidades, como llevar los aparatos a otro lugar. Sin embargo, las televisión pública llegó tarde. El cierzo, el mismo elemento que había impedido levantar la grúa de la meta con los enlaces, fue precisamente el responsable de que los ciclistas llegaran a Zaragoza con 45 minutos de adelanto. Algo nunca visto. A más de 55 por hora.

Otro edificio

Los técnicos lograron el permiso de otra comunidad de vecinos y subir a un nuevo edificio para instalar el enlace. Tarea inútil. Para cuando ellos acabaron su particular contrarreloj, Igor González de Galdeano ya estaba haciendo declaraciones a los periodistas de TVE.

En la cadena de televisión se quedaron sin ofrecer la etapa, sin incluir sus compromisos publicitarios, y con parte del prestigio perdido. Sus portavoces, sin embargo, aclaran que no se trata de un asunto de improvisación o de retrasos en la puesta en escena. Aseguran que normalmente no existen problemas cuando, en situaciones de emergencia, se opta por acudir a un edificio a montar un dispositivo por el que se paga a los vecinos. Lo de ayer, aseguran, es un hecho aislado. Sí, pero la mancha queda. 125 personas desplazadas a la Vuelta, con sus ingentes medios técnicos, y todo queda en entredicho por un vecino malhumorado.

Esto, podría aducir uno, no ocurre en el Tour. Ni siquiera en el Mont Ventoux, por ejemplo, aunque su propio nombre pueda intimidar. Pero claro, allí, en el monte pelado, donde el viento daña los oídos más sensibles, no hay vecindario.

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