Els Pets desborda el Mercat de Música Viva de Vic en su último día
El festival recibió a unos 130.000 espectadores
Si en la noche del pasado viernes en la plaza de la Vila de Vic no cabía ni un alfiler, en la del sábado la cosa alcanzó niveles realmente agobiantes. Els Pets, estrellas del cartel de la tercera jornada del Mercat de Música Viva, colapsaron la zona: como si todos los habitantes de la comarca de Osona estuvieran allí, apretujados, aclamando a la banda de Constantí. El festival echó el cerrojo en la madrugada de ayer con una asistencia de 130.000 personas.
La noche anterior Dusminguet y Fermín Muguruza habían llenado una plaza que no es precisamente pequeña, pero Els Pets reventaron todas las expectativas. Cuando poco antes de la medianoche del sábado el grupo irrumpió en el gran escenario resultaba prácticamente imposible desplazarse por la plaza, la cercana calle Estret era mucho más estrecha que otras veces y ni siquiera se podía caminar bajo los porches o sorteando las mesas de los cafés, lógicamente abarrotadas.
Esta vez no fueron sólo los más jóvenes los que se lanzaron a la plaza, como había sucedido la noche del viernes: familias enteras se disputaban a empujones un lugar desde el que pudiera verse al menos un trozo de escenario. La sensación de fiesta mayor de la velada precedente alcanzó el sábado las cotas más altas.
Como todo éxito acarrea algún que otro fracaso implícito, a esa misma hora (también un poco antes y un poco después) el resto de escenarios musicales de la ciudad padecían una desertización desmoralizadora e intranquilizante.
Escenarios vacíos
No es lógico que todo un histórico como Jordi Batista tuviera que tocar ante un par de docenas de personas en la Biblioteca; que la sala de La Caixa estuviera medio vacía para ver a la Big Band de Ramón Quadrada, o que, un poco más lejos, en el recinto ferial del Sucre, una banda de tanto empaque como la puertorriqueña Plena Libre ofreciera un magnífico concierto sin apenas público.
Algo falla en el esquema global de la propuesta, ya que, por ejemplo, Els Pets no son un producto que necesite de un mercado de música para venderse y, en cambio, sí que lo necesitan nombres como Jordi Batista, Ramón Quadrada o Plena Libre, por poner sólo algunos ejemplos de músicos cuyas actuaciones coincidieron en la noche del sábado.
En el Mercat de Música Viva de Vic hay público para todo lo que en él se ofrece, pero no tanto y la gente suele estar allí donde está la fiesta. Así, curiosamente, los conciertos programados en el Casino, situado casi en la misma plaza de la Vila, registraron en la tarde-noche del sábado llenos inusitados, probablemente más por lo de la cercanía al lugar donde se vivía la juerga que por la misma música ofrecida.
La chilena Francesca Ancarola y la barcelonesa Névoa consiguieron que fuera necesario cerrar las puertas del Casino incluso a los programadores acreditados que no habían llegado puntualmente (un inconveniente sobre el que será necesario meditar).
Antes de que Els Pets, con media hora de retraso, atacaran por la vía directa y arrancaran su espectáculo con el Estupidament feliç que tanto ha sonado este verano, Whiskyn's y la Fundación Tony Manero habían preparado magnífica y festivamente el terreno para la traca final del trío de Constantí.
Al éxito de Els Pets debe sumarse este año el importante aumento en el número global de visitantes del Mercat de Música Viva. Unas 130.000 personas, según fuentes oficiales de la organización, se acercaron a la capital de la comarca de Osona en algún momento de este fin de semana para asistir al centenar largo de espectáculos programados en esta decimotercera edición de su Mercat de Música Viva. Ese número representa un incremento de más del 20% sobre las cifras de ediciones anteriores.
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