El mejor Guerrero ha vuelto
El Athletic gana con buen fútbol al Deportivo en Riazor después de 37 años
Con el balón al pasto y con una actitud sin complejos, el Athletic ganó merecidamente al Deportivo, que parecía inexpugnable en Riazor. El equipo de Irureta, mal en la primera parte, reaccionó tarde a la insolencia y atrevimiento de su rival.
Riazor puede dar fe de ello: el mejor Guerrero ha vuelto. Aquel chico rubio que jugaba con alegría y determinación, que ocupaba una franja enorme de campo, que daba pases de gol y que también los marcaba, ése... ha vuelto. Claro que ya no se trata de una joven promesa, sino de un experimentado jugador de 27 años, con muchas ganas de recuperar su antiguo prestigio. Debe darle las gracias a su entrenador, Jupp Heynckes, que le ha devuelto el protagonismo perdido. Lo ha ubicado en la posición de enganche y desde allí le ha pedido que participe mucho en el juego. El primer gol del Athletic tuvo todo su sello: el control orientado tras el pase de Urzaiz, la carrera de un par de metros y el disparo rápido y colocado. El Athletic ha entendido por fin que al fútbol se juega con el balón. De ahí que ayer decidiera apropiarse de él. Y de paso del centro del campo. Ayer, incluso, funcionó moderadamente bien su habitual punto flaco: el centro de su defensa, con Lacruz y Carlos García.
DEPORTIVO 1| ATHLETIC 2
Deportivo: Molina; Manuel Pablo, César (Fran, m. 61), Djorovic, Capdevila; Víctor, Mauro Silva, Valerón (Scalloni, m. 83), Amavisca (Sergio, m. 45); Makaay y Tristán. Athletic: Aranzubia; Larrainzar, Lacruz, Carlos García, Larrazabal; Etxeberria (Ezquerro, m. 81), Óscar Vales, Urrutia (Orbaiz, m. 66), Javi González; Guerrero; y Urzaiz (Tiko, m. 75). Goles: 0-1. M. 35. Buen pase de Urzaiz a Guerrero que encara a Molina y le bate de tiro raso y colocado junto al poste. 0-2. M. 52. Centro desde la izquierda de Javi González que cabecea en el segundo palo Urzaiz tras el fallo en el despeje de Molina. 1-1. M. 62. Tristán recibe de espaldas, se marcha de Lacruz y marca de potentísimo disparo cruzado. Árbitro: Rodríguez Santiago. Amonestó a Larrazabal y Orbaiz. Unos 17.000 espectadores en el estadio de Riazor.
El Deportivo estuvo desconocido en la primera parte: sin profundidad ni fútbol por las bandas, con excesiva tendencia a conducir el balón. Como si cada uno de sus futbolistas hubiese decidido demostrar por su cuenta su superioridad técnica ante el rival, lo que facilitó las labores defensivas de los bilbaínos.
Irureta advirtió su opacidad por las bandas y las sacudió con una serie de cambios. Dio paso a Sergio y éste cambió el ritmo del Deportivo, que empezó a parecerse a sí mismo: rondó a Aranzubia en avalanchas. De una de ellas Tristán dio una lección de cómo recibir el balón de espaldas a la portería, cómo dibujar un control orientado del cuero para deshacerse del defensa -Lacruz-, y cómo disparar potente y cruzado a gol. Antes, sin embargo, Javi González se empeñó en centrar desde el extremo izquierdo. Y tras su insistencia, logró un centro con la izquierda que se tragó Molina. Urzaiz, siempre al acecho, marcó de cabeza su tercer gol en la Liga.
El partido se convirtió en intrépido: con el empuje atosigante del Depor y las salidas intencionadas del Athletic. Guerrero volvió a estar presente en todas las acciones de peligro, aunque en esta segunda parte sin puntería.
Irureta echó más madera. Introdujo a Fran por el central César. Todo Riazor al ataque. Pero el Athletic nunca dejó de mirar a Molina, siempre sacó el balón jugado con gusto desde atrás, por insistentes que fuesen los achuchones del Depor. Al final, un par de buenas paradas de Aranzubia permitieron al Athletic ganar en A Coruña después de 37 años. Y con el balón por el suelo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.