La ternura de un primer amor
Llega con un poco de retraso, pero bienvenida sea: Fucking Amal es la primera, notable película de un joven director sueco, Lukas Moodysson, reciente vencedor, y por goleada, del Festival de Cine Independiente de Gijón con su segunda película, Togheter, que espera próximo estreno.
Es Fucking la ópera prima de un personaje curioso, escritor, autor de dos cortometrajes y estudiante de cine. Habla de jóvenes, pero cualquier similitud con las memeces americanas habituales sobre la materia sencillamente no existe. Tampoco es la típica película de adulto nostálgico, ni siquiera de joven moralista: la mirada que aquí narra, y que oscila entre la ternura y la ironía, es sustancialmente cómplice con sus personajes, conoce el mundo que muestra y está en las antípodas de cualquier tentación de catequista: antes bien, cuenta una límpida, curiosa historia de un primer amor lésbico con un respeto emocionante. Porque de eso va Fucking Amal: de jóvenes que se aburren, que tienen un código de comunicación de unas pocas palabras, pero a los que les acucia el deseo, aunque a veces no sepan qué hacer con él.
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