El US Postal sigue pedaleando
La policía refuerza la seguridad del equipo norteamericano, que decide continuar en carrera para intentar ganarla con Heras
La Vuelta a España sigue adelante a pesar del ataque contra Estados Unidos. Y, por si había dudas, el mánager del único equipo norteamericano en ella, el US Postal, animó a la organización y a sus propios corredores a no interrumpir la carrera. Prefieren seguir e intentar ganarla con su compañero español Roberto Heras.
No se para, pero sí se ha alterado la vida en el pelotón. No sólo en términos generales -ayer se guardó un minuto de silencio en la salida de Gijón-, sino también en el entorno particular del US Postal. En el equipo hay tres ciclistas con nacionalidad estadounidense: Antonio Cruz, Levy Leipheimer, tercer clasificado en las dos primeras etapas, y Chann McRae. Además, Guido Trenti (Cantina Tollo) posee el mismo pasaporte, aunque en realidad es italiano por los cuatro costados. Todos ellos han vivido dos días de nerviosismo.
Cruz: 'He hablado con mi esposa. Está muy asustada. Dice que ve mucha policía y guardia nacional por la calle'
Entre los casos más agudos está el de Leipheimer. Él está acompañado en la Vuelta por su compañera sentimental, Odessa, enviada especial de una cadena de televisión por cable. Su familia no se ha visto directamente afectada. Reside en el Estado de Nueva York, pero en la parte norte. Lejos de la gran ciudad. Sin embargo, una amiga suya trabaja en el World Trade Center. Al conocer la noticia, intentaron localizarla. 'Telefoneamos y telefoneamos, pero nadie nos supo dar noticias. Nadie; ni su familia, ni otros amigos. Nadie sabe dónde está', explica Odessa intentanto tapar tras unas gafas de sol rosas sus lágrimas; 'casi no he dormido'.
Aunque es colombiano, Víctor Hugo Peña también tiene la mente repartida entre la Vuelta y Nueva York: 'Allí viven tres primos y dos tías mías. Llamé a mi madre y me dijo que todos están bien. Así que he dormido bien. Por suerte, todos los días duermo con Dios'.
Lógicamente, los atentados afectaron al grupo. Todos los corredores del US Postal portaban un crespón negro. También los del Cofidis y Santiago Botero, que salió de Gijón de amarillo. 'En el equipo', dice Peña, del US Postal, 'no hablamos de la etapa de ayer [la del martes] hasta dos o tres horas después de la llegada'. Sus compañeros y él dormían en Viella y los alrededores de su hotel estuvieron toda la noche custodiados por la policía. 'Nos ha sorprendido que hubiera tantos agentes, pero lo hemos agradecido', comentaban los compañeros de Lance Armstrong.
Cruz estaba ayer más tranquilo, aunque aún seguía cabizbajo, con la voz queda y un nudo en la garganta. Él vive en Los Angeles y se enteró de la noticia por un periodista en la línea de meta de Gijón. Rápidamente, acudió a llamar a todos sus amigos de Nueva York: 'Todos están bien, pero no he dormido muy a gusto'. Ayer dedicó buena parte del tiempo previo a la salida a dirigirse al punto de encuentro para telefonear gratuitamente a Estados Unidos: 'He hablado con mi esposa y está muy asustada. Dice que ve mucha policía y guardia nacional por la calle. No está nada tranquila'.
Más de lejos le llegaba la tragedia a Trenti. Él tiene a dos hermanas de su madre en Boston. Ambas se encuentran perfectamente, pero en los últimos días se habían puesto en contacto con él. 'Me dijeron que no sabían por qué, pero que intuían, palpaban en el ambiente, que iba a ocurrir un atentado. Claro, ni se podían imaginar que sería de esta magnitud'.
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