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El Ayuntamiento sustenta la obra sobre el deterioro de la zona

La publicidad institucional que el Ayuntamiento de Valencia distribuye para publicitar las supuestas bondades que acarrearía la prolongación de la avenida de Blasco Ibáñez hasta el mar se apoya esencialmente en la avanzada edad de sus vecinos y el deterioro del barrio.

Según la publicidad institucional, un 30% de los residentes en El Cabanyal tiene más de 60 años. La media en el resto de la ciudad se sitúa en un 21%, pero otros barrios de la ciudad arrojan indicadores similares y, sin embargo, no son objeto de proyectos de intervención.

El deterioro del barrio, por otra parte, es responsabilidad directa del Ayuntamiento de Valencia, que preside Rita Barberá desde 1991. Pero al margen de la escasa inversión municipal directa en el barrio marítimo durante la última década, el Cabanyal ha vivido en la cuerda floja durante más de 70 años.

Sucesivos gobiernos municipales han planeado intervenciones del más diverso tenor en el barrio para conectar la avenida de Blasco Ibáñez con el mar desde 1926. La última de ellas, propuesta en 1959 y aprobada definitivamente en noviembre de 1975, fue paralizada por el Tribunal Superior de Justicia en 1982.

Entre planes y propuestas, las viviendas populares de inspiración modernista construidas en El Cabanyal y la peculiar trama del barrio se han sostenido al margen de las autoridades municipales que ahora pretenden derribarlas.

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