Gil anuncia ante notario la salida de Marbella de la Mancomunidad

Jesús Gil anunció ayer la retirada definitiva de Marbella de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental, a la que envió la notificación por medio de un notario. En el acta, al alcalde marbellí insta al presidente del ente supramunicipal, Manuel Sánchez Bracho (PP), a que informe 'de forma inmediata' al resto de los municipios mancomunados de sus intenciones, al tiempo que advierte que no renunciará a los servicios de agua y basura que presta el ente supramunicipal.

El mandatario marbellí tiene previsto convocar en breve un pleno monográfico, en el que pretende sacar esta propuesta adelante con la mayoría absoluta de su grupo, que dispone de 15 concejales frente a los diez de PSOE, PP y PA. Gil esgrime como argumento de la salida de Marbella de la Mancomunidad 'los constantes agravios' de los que asegura es objeto el municipio por parte de la institución. Los responsables del ente lo ven de forma muy distinta, e insisten que se trata de una cortina de humo para desviar la atención del robo de sumarios, cuya reconstrucción se iniciaba ayer en los juzgados de Marbella.

En cualquier caso, en la misiva, que el Ayuntamiento remitió ayer a los responsables de la institución, Jesús Gil previene a Sánchez Bracho que los servicios de agua y basura que presta hasta la fecha el organismo a Marbella seguirán siendo 'soportados' por la Mancomunidad, hasta que entre en funcionamiento la planta de residuos sólidos urbanos que su equipo de gobierno pretende construir en el término municipal. En el caso de que estos sufriesen 'algún tipo de alteración' avisa de podría constituir un delito de coacciones, que pondrá en conocimiento de la autoridad judicial.

Los abogados del organismo reconocen que la separación de los municipios es de carácter voluntario, aunque recuerdan que esta decisión debe ser adoptada por el pleno municipal y no unilateralmente por el alcalde. 'Lo que no existe', explicó ayer el letrado José Carlos Aguilera, 'es la obligación de prestar los servicios de forma gratuita y sin las contraprestaciones correspondientes', porque ello pondría en peligro la propia viabilidad de la institución. Gil dice que Marbella correrá con estos gastos, aunque lo cierto es que el Ayuntamiento marbellí debe 266 millones de pesetas de aportaciones ordinarias, otros 540 millones por la utilización de la planta de basuras y hasta hace poco la deuda por el servicio de aguas pendiente de pago por parte de la concesionaria de Marbella -Aguagest- ascendía a 1.500 millones.

También está pendiente el cambio de titularidad de los terrenos en los que está situada la desaladora, que Gil escrituró a nombre de Marbella mientras ocupó la presidencia del organismo y con la que pretende quedarse. Fuentes de la Mancomunidad cifran en 40.000 millones de pesetas la inversión que deberá hacer Marbella para asumir los servicios de agua y basura.