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Convocada una protesta de padres sin distinciones religiosas

'¡Todos los días, todos los días!', bramaba ayer un manifestante unionista, uno de los pocos que decidieron romper la consigna de no pronunciar palabra y ofrecer a las niñas del colegio de la Santa Cruz el desdén de la espalda y el desprecio de pitos, sirenas y cacerolas. Ése es el objetivo de los más radicales: boicotear todos los días la marcha de las niñas al colegio.

Sea cual sea la duración de la protesta, los abusos de estos días se han vuelto contra los protestantes. Las imágenes de las niñas aterrorizadas han dado la vuelta al mundo y se han convertido en una pésima propaganda para la causa protestante. Por eso, ayer el nivel de la protesta bajó de tono, aunque subió de volumen.

El cambio de táctica fue bien recibido por todos. La renuncia a la violencia física y la agresión verbal y su sustitución por los silbidos se considera un paso positivo. Pero mientras para los protestantes fue un modelo de protesta democrática, para los católicos y los grupos educativos sigue siendo un intento inadmisible de quebrar la voluntad de las familias de las niñas.

'Ha sido una protesta ejemplar', afirmaba en Ardoyne Road uno de los líderes radicales, Billy Hutchinson. Hutchinson, que la víspera había condenado sin ambages el lanzamiento de un artefacto explosivo, ayer contempló la manifestación desde las casas protestantes, en apoyo a esta vía más pacífica de protestar.

Manifestación pacífica

Pero no todos ven las cosas con tanta indulgencia. El grupo Por el Derecho a la Educación ha convocado una manifestación pacífica para hoy, a la que invita a padres y activistas de toda confesión. La manifestación arrancará en el punto caliente del que parte ahora la marcha hacia la escuela, pero se celebrará después de que las niñas se hayan incorporado a clase por la mañana.

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El número dos de la policía del Ulster se felicitó por el descenso en el clima de tensión -'un cambio significativo en la naturaleza y el carácter de la protesta', dijo-, pero confirmó que el objetivo de las fuerzas de seguridad seguirá siendo garantizar la asistencia de las niñas a clase de manera segura.

El ministro británico para Irlanda del Norte, John Reid, hizo un nuevo llamamiento al diálogo para acabar con el conflicto. 'Es tiempo para hablar, no para abusar', dijo. Los republicanos del Sinn Fein también se felicitaron por que no hubiera violencia, pero advirtieron de que 'describir esta protesta como pacífica sería un error'. Un punto de vista compartido por los republicanos moderados del SDLP, el partido de John Hume. Alban Maginess dio la bienvenida a la desescalada, pero aseguró que 'fue una protesta intimidatoria que no tiene ninguna justificación'.

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