El peor Brasil se mide a la mejor Argentina en un partido explosivo
Todo, hasta la propia vida, queda en suspenso. Un Argentina- Brasil detiene el tiempo y lo pone entre paréntesis. El cuerpo de los aficionados es un hormiguero. No hay más billetes. La recaudación bate los registros históricos y asciende a 1,5 millones de dólares (unos 290 millones de pesetas). Argentina llega tranquila y clasificada para la Copa del Mundo. Brasil aún corre el riesgo de quedar afuera. Luiz Felipe Scolari, el entrenador de Brasil, tiene innumerables dudas para formar el equipo. Por su parte Marcelo Bielsa, el seleccionador argentino, debe reemplazar a dos jugadores claves, al lateral todo terreno Sorín, con un desgarro muscular, y Verón, ausente por sanción. El partido está previsto que se juegue hoy a las ocho de la noche (la una de la madrugada en Madrid). Pero un juez obligó ayer a que el partido se transmitiera en directo para todo el país, y no sólo por cable como estaba previsto, lo que puede variar la hora de comienzo, aún no fijada al cierre de esta edición.
Argentina atraviesa el mejor momento futbolístico después de la depresión post-Maradona. Una generación que creció a su sombra alcanza su punto de maduración y tiene ya la edad y la experiencia necesaria. La crisis económica endémica que padece el fútbol argentino contribuye a que los buenos proyectos de jugadores se vayan muy jóvenes y vuelvan formados bajo la presión de las grandes Ligas europeas. Todos los convocados, salvo Ortega, que regresó al River, son extranjeros. Entre ellos dos de los mejores defensas de Italia y España, Samuel -de la Roma- y Ayala -del Valencia-, el goleador de la Liga italiana, Crespo, y el veterano caudillo y capitán Simeone. Pese a la clasificación garantizada, Bielsa considera que 'no se sale igual que como se entra de un partido así'. El argentino sabe que 'los resultados maquillan todo' y el equipo será juzgado por la actuación de esta noche, sin excusas ni contemplaciones.
Miedo de los tetracampeones
A Felipón, como llaman a Scolari, le ha tocado peor suerte. No se recuerda a Brasil, ganador de cuatro campeonatos del mundo y manantial natural de buenos jugadores, en una crisis de juego y de talentos como la actual. Acosado por Uruguay y Colombia, si pierde corre el riesgo de descender al quinto puesto y de quedar fuera de la Copa del Mundo. Se clasifican los cuatro primeros del grupo y el quinto jugaría una repesca con Australia. ¿Es posible siquiera imaginar un Campeonato del Mundo sin Brasil? ¿Cuándo un jugador brasileño iba a admitir que ahora les piden que cometan más faltas?. Así lo ha reconocido el propio Roberto Carlos. 'Vamos a hacer las faltas que el entrenador quiere'.
Según Scolari, 'el equipo no comete ninguna infracción y le hacen hasta 300 por partido y no hay que aceptarlo'. Todo indica miedo. Scolari reclama 'agresividad', ha cambiado una y otra vez la formación en los entrenamientos, ha llegado a insultar a los jugadores y por momentos ha ensayado con cinco jugadores en defensa.
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