BMW llama a revisar los primeros 7.000 coches vendidos del nuevo Mini por peligro de explosión del motor
El grupo automovilístico BMW ha estrenado el nuevo Mini con un estrepitoso fracaso por causa de un defecto de fabricación. La firma alemana ha llamado a revisión a 7.000 unidades del nuevo modelo, que hasta ahora se han comercializado solamente en los mercados de Irlanda y del Reino Unido. El motivo de esta revisión es que la propia empresa ha detectado un defecto de diseño que puede llegar a causar una explosión cuando se llena el depósito de gasolina.
El problema que ahora se trata de subsanar se descubrió cuando los técnicos de la firma se dieron cuenta de que la pintura especial en torno al cuello del depósito de carburante se desgastaba muy rápidamente. La electricidad estática acumulada puede causar una pequeña chispa cuando se inserta la manguera con el consiguiente riesgo de incendio.
Los representantes de BMW han hecho hincapié en que el riesgo de explosión es 'mínimo' y han añadido que hasta ahora no se ha producido ningún incidente relacionado con el Mini. Esta revisión supone un serio contratiempo para el fabricante alemán, no tanto por el coste económico como por la imagen.
Los coches afectados por esta revisión fueron fabricados antes del pasado 1 de septiembre. El coste estimado rondaría sólo los 85 millones de pesetas, según la empresa. La comercialización del nuevo Mini arrancó el pasado julio en el Reino Unido y su lanzamiento en el mercado alemán estaba previsto para el próximo día 8 de septiembre. Las previsiones de ventas para este año del nuevo modelo ascendían a 25.000 unidades en todo el mundo.
Asimismo, esperaba vender otros 100.000 coches durante el próximo ejercicio, una vez que se lance a los mercados de Japón y Estados Unidos, los dos principales demandantes de vehículos del mundo.
El fabricante alemán ha invertido unos 58.000 millones de pesetas en la planta de Cowley (centro de Inglaterra) para fabricar este modelo, que trata de conjugar la tecnología de la alemana BMW con el romanticismo del antiguo Mini que lanzó la firma británica Rover, que adquirió BMW para después desprenderse de ella por la crisis que no pudo levantar.
Los nuevos modelos de aquel mítico pequeño vehículo son de mayor tamaño y su motor (de más de 1.600 centímetros cúbicos) es más potente que legendario automóvil lanzado en 1959, que tenía entre 850 y 1.200 centímetros cúbicos.
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