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Reportaje:

Los chinos ya pueden emigrar (en China)

Pekín levanta la restricción de movimientos a 50 millones de campesinos para trabajar en la ciudad

Li Shumei trabajaba de profesora en la provincia de Henan, en el centro de China, cuando decidió mudarse a Pekín a mediados de los noventa, a buscar su porción de un auge económico mucho más presente en ciudades y zonas costeras que en el interior del país y el campo. Su intención de ganarse la vida vendiendo verduras en la capital se vio trastocada por la realidad que encontró a su llegada. Miles de niños, hijos de campesinos emigrados de manera irregular, no tenían acceso a educación al carecer sus padres de permisos de residencia válidos. Decidió entonces montar la escuela primaria Xinghzi, una de las cien ilegales que han aflorado en Pekín al calor del mayor éxodo rural de la historia del país más poblado del mundo.

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Su historia la cuenta James Irwin en el Correo de la Unesco. El Banco Mundial cifra entre 100 y 150 los millones de chinos que abandonaron en las dos últimas décadas las deprimidas zonas rurales para engrosar la marginalidad en unas ciudades faltas de infraestructuras para acogerlos. Son las víctimas del hukou, un sistema establecido por Mao a finales de los cincuenta y vigente desde entonces, que ha sido calificado como 'el apartheid chino'. El hukou clasifica desde hace medio siglo a las personas en habitantes rurales o urbanos desde su nacimiento y les obliga a vivir y trabajar en el lugar donde poseen la residencia permanente, limitando los beneficios estatales a esa área y controlando así la movilidad de la población.

Pero muchos campesinos han sorteado la política oficial de permisos de residencia emigrando a las ciudades, donde son culpados por sus primos urbanos de elevar las tasas de criminalidad en un 70% y de hacer caer los salarios, según recoge en un informe la Red de Estudios de Migraciones Asia Pacífico de la Unesco.

La agencia oficial de noticias Nueva China desveló la semana pasada los planes del Gobierno para desmantelar el hukou en cinco años, a partir del 1 de octubre, para dar cobertura 'a 150 millones de trabajadores excedentes en el campo', la tercera parte de los cuales emigrará a las ciudades. Las reformas comenzarán primero en pequeñas ciudades. Los no nativos podrán solicitar la residencia permanente si tienen una fuente de ingresos estable y un hogar. El hukou de una persona está determinado por el materno antes que por el lugar de nacimiento: una madre sólo puede otorgarle a su hijo un hukou rural.Las únicas rendijas para saltar el abismo de una a otra posición han sido engrosar las filas del Partido Comunista o del Ejército de Liberación del Pueblo, o bien la educación superior. Ésa fue la vía por la que consiguió un hukou urbano Xiaogang Wu, que nació en el seno de una familia de campesinos y ahora es investigador en la Universidad de California, contactado por teléfono por este periódico. 'El hukou ha supuesto la discriminación de 900 millones de campesinos frente a 400 millones de residentes urbanos', señala Wu en un estudio sobre movilidad en China.

'La industrialización fue construida sobre las espaldas de los campesinos, (...) mientras que los residentes urbanos disfrutaban de beneficios estatales como grano subvencionado, vivienda gratuita, seguro médico y de jubilación y mayores oportunidades educativas', señala Wu. La discriminación ha degenerado 'en una distancia sustancial entre los estándares de vida rurales y urbanos'. Tanto, que el abismo entre campo y ciudad ha sido comparado con la distancia entre cielo y tierra. Cambiar la posición era 'más difícil que escalar al cielo'.

El sistema fue plenamente instaurado en 1958, en pleno Gran Salto Adelante, cuando ese plan -concebido por Mao para acelerar el crecimiento del país mediante la movilización masiva de la fuerza de trabajo rural- inundó de campesinos las ciudades. El desastre del proyecto de quien fuera conocido como El Gran Timonel, que provocó una hambruna que mató a 30 millones de personas, 'convenció al Gobierno de que la producción agrícola no podía sostenerse con tanta población urbana', asegura el investigador. El hukou fue el arma para controlar la migración. Con la entrada en la OMC, la liberación de las importaciones agrícolas hará caer la renta de los agricultores. El Gobierno chino, según la agencia oficial de noticias, cree que permitir la movilidad social 'ayudará a crear un auténtico mercado de trabajo'.

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