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El PSOE achaca el 'caso Gescartera' a Aznar por crear un 'Estado anoréxico'

Los socialistas anuncian que no se 'precipitarán' en pedir dimisiones de ministros por el escándalo

El PSOE no quiere convertir el caso Gescartera en el monotema de su oposición al Gobierno en el nuevo curso político ni va a precipitarse a solicitar dimisiones de ministros. Pero eso no significa que no existan, a su juicio, responsabilidades políticas. Al contrario, los socialistas se volcarán para demostrar, en la comisión de investigación que se constituye esta semana en el Congreso, que no se trata de una estafa aislada e imprevisible, sino de la consecuencia del 'Estado anoréxico' promovido por el Gobierno de Aznar durante los últimos cinco años, que ha debilitado los mecanismos de control.

El PSOE ha constatado, antes de empezar los contactos, las confrontaciones y las discusiones diarias con el Gobierno del PP, que Aznar ha retornado de sus largas vacaciones veraniegas en Menorca 'más crispado, antipático e irritado que habitualmente', como subrayó el pasado viernes el portavoz socialista en el Congreso, Jesús Caldera. Éste sumó los calificativos que Aznar destinó a los socialistas el miércoles pasado en Quintanilla de Onésimo -les llamó casi de corrido 'desvergonzados, mentirosos, ignorantes y progres trasnochados'- y corroboró por tanto que el presidente ha regresado de vacaciones con un estilo bronco.

Caldera y otros dirigentes de la Ejecutiva federal del PSOE, que hoy se reúne en Santiago de Compostela para preparar las próximas elecciones gallegas, achacan esa actitud al malestar que invade al presidente del Gobierno por el escándalo de Gescartera. Y no sólo porque el caso haya provocado ya la dimisión, que ahora se quiere presentar como destitución, del secretario de Estado de Hacienda Enrique Giménez-Reyna, sino porque el asunto ha puesto al descubierto al menos un funcionamiento ineficiente, negligente incluso, de varios órganos supervisores del Estado.

Ése es el terreno de juego político que interesa más a la oposición de este caso. El PSOE hará hincapié en relacionar Gescartera con el mal funcionamiento, por inhibición o incapacidad, de varios órganos supervisores del Estado, en concreto la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la Agencia Tributaria y el Banco de España. Al PSOE no es que no le preocupen, como quiere denunciar ahora el PP, los más de 2.500 estafados por este chiringuito financiero con unas pérdidas que se calculan por encima de los 18.000 millones de pesetas. De hecho, los socialistas se volcarán en la comisión en hacer todo lo posible para buscar la manera de que esas pérdidas se vean reducidas lo máximo posible.

Pero lo que no quieren es caer en la trampa que observan detrás de la estrategia del Gobierno de centrar el objeto de la comisión de investigación en atrapar a los estafadores y hacer un escarmiento con ellos o con cuatro o cinco de los mayores beneficiarios de Gescartera como gran lavadora de dinero negro.

Aunque también les interesa este punto por la importancia de los, hasta ahora desconocidos, clientes especiales. El secretario de organización del PSOE, José Blanco, aseguró ayer en Rodiezmo (León) que 'el nerviosismo se está apoderando del PP y en la medida que se conozcan más cosas y la relación de clientes especiales, el PP se hundirá un poco más', informa Marifé Moreno.

En cualquier caso, el PSOE pretende subrayar que este escándalo supone un ejemplo de comportamiento de un Gobierno que crea un 'Estado anoréxico' ante los numerosos conflictos que ha padecido durante su mandato y en especial en este pasado año: 'Los ministros están desaparecidos o en la diáspora, donde están ahora Rodrigo Rato y Cristóbal Montoro'.

Esta es la conclusión que extrae Caldera: 'Ya hemos comprobado que la filosofía política de Aznar al promover menos poder para el Gobierno, porque entiende que así es mejor para los ciudadanos, no es un deseo sino una realidad, porque efectivamente cada vez hay menos Gobierno, menos democracia. Esto se parece a la ley de la selva, los controles y los ministros brillan por su ausencia'.

El escándalo como símbolo

El mayor partido de la oposición no acepta que Gescartera sea una excepción en la gestión del PP. Al contrario, cree que es un símbolo del penoso funcionamiento de muchos servicios públicos esenciales. Como la sanidad, con enormes listas de espera, un elevado número de casos de legionela y muertes de enfermos sometidos a diálisis en hospitales concertados. Como la vivienda, que ha llegado a 'precios desbocados'. Como las infraestructuras, los aeropuertos y los aviones. Como la seguridad, con más delitos y accidentes que nunca.

Y relacionan esa política con el proceso ingente de privatizaciones aplicado por el PP, que Aznar quiere continuar. Caldera denuncia: 'No sólo han puesto a sus amigos para presidir las antiguas empresas públicas que han privatizado sino que han generado unos ingresos de cinco billones de pesetas sin un control parlamentario'.

En el caso Gescartera, el PSOE responsabiliza a Aznar y a su Gobierno de la 'falta de diligencia' de la CNMV. Los socialistas no aceptan, en principio, que en la comisión de investigación haya que buscar posibles reformas de esos órganos de control. De hecho, sostienen que lo que ha fallado no son los órganos sino sus responsables. En concreto, la dirección política de esos departamentos. Y sobre todo los vocales, todos nombrados por el Gobierno del PP. Y definen ya el caso como un 'entramado de rasca y gana a la sombra del Gobierno del PP'.

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