Ibarretxe acusa a Aznar de liderar la mayor 'regresión autonómica' de la democracia
El 'lehendakari' crea una comisión para negociar el autogobierno pese al rechazo de La Moncloa
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, inauguró ayer el curso político con un ataque al presidente del Gobierno, José María Aznar, al que acusó de liderar un 'proceso de regresión autonómica sin precedentes' en la democracia. Ibarretxe se comprometió a 'frenar' ese 'hecho inaceptable' y para ello adoptó como primer acuerdo la puesta en marcha de una Comisión Política Negociadora del Autogobierno de Euskadi que Aznar ya rechazó en julio tras reunirse con el lehendakari en La Moncloa. 'Si los vascos quieren más autogobierno lo tendrán, y si quieren menos también lo tendrán', dijo desafiante.
El Gobierno vasco va a iniciar una batalla política en toda regla contra el Gobierno central para conseguir el cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika. El hecho de que la primera intervención de Ibarretxe tras el verano, coincidiendo con el primer Consejo de Gobierno, fuera muy crítica con el presidente del Ejecutivo central deja a las claras su estrategia. Cerrado ya un acuerdo con la Administración central en materia de coordinación policial, Ibarretxe va a lanzar a todo su Ejecutivo para 'poner fin a este proceso de regresión autonómica'. El lehendakari explicó que esa campaña contra el Estatuto es más grave en tanto en cuanto 'Aznar ha hecho caso omiso de acuerdos unánimes del Parlamento vasco', dejando algunas materias sin desarrollar, negando otras -como la Seguridad Social- y, desde hace meses, 'poniendo otras en cuestión' -como la propia Ertzaintza- a través de legislaciones de ámbito nacional.
La primera medida que adoptó ayer fue crear un órgano específico, una Comisión Política Negociadora del Autogobierno 'al más alto nivel' para conseguir la transferencia de las 37 competencias pendientes que completarían el Estatuto de Gernika. Ibarretxe defiende además una negociación política y global en ese órgano, al tratarse del cumplimiento de una ley orgánica, frente a las tesis de Aznar y del ministro de Administraciones Públicas, Jesús Posada, quien en agosto ofreció al Gobierno vasco una negociación individualizada y técnica de las transferencias. Aznar rechazó el 30 de julio, tras la entrevista que mantuvo con el presidente vasco, la puesta en marcha de esa comisión específica. A través del ministro portavoz, Pío Cabanillas, dejó muy claro que para esa negociación ya está la Comisión Mixta de Transferencias.
Resortes jurídicos y políticos
Ibarretxe, que ayer emplazó formalmente de nuevo a Aznar a que reconsidere esa decisión y propicie la puesta en marcha de la nueva comisión, se dará de plazo hasta octubre para comprobar el talante del Ejecutivo central. Ese mes, aunque todavía sin fecha, la Cámara vasca celebrará un pleno monográfico sobre el autogobierno. En el Palacio de Miramar de San Sebastián, el lehendakari aseguró que tiene la 'más firme voluntad de movilizar todos los resortes jurídicos, políticos y sociales' necesarios para conseguir ese objetivo.
Suave en las formas, Ibarretxe dejó, no obstante, muy claro que ni él ni su Gobierno van a renunciar ni a su ideología ni a sus reivindicaciones 'porque eso sería perder libertad'. 'No se peude plantear', añadió el jefe del Ejecutivo de Vitoria, 'que nadie haga dejación de sus ideas hasta que ETA deje de matar. Ninguna idea defendida democráticamente da cobertura ideológica a ETA, ni defender el derecho de autodeterminación, ni la independencia de Euskadi, ni la unidad de España'.
Ibarretxe puso como ejemplo que Fraga dice públicamente que habría que quitar competencias a la Ertzaintza, y otros, en referencia al propio Aznar, apuestan a diario 'por la unidad de España, y no pasa nada'. 'Tenemos que estar todos juntos contra ETA', pero también 'cada uno con sus ideas' juntos en la búsqueda dialogada de soluciones para resolver 'el problema político vasco'.
Un problema cuya resolución no vinculó en ningún momento a una eventual consulta popular, que tanto el portavoz del su Gobierno, Josu Jon Imaz, como el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, ya han descartado para esta legislatura. Se limitó a subrayar que 'si este país quiere más autogobierno tendrá más autogobierno y si quiere menos también lo tendrá'.
Esa tesis, la de que la sociedad vasca es soberana para tomar el camino que quiera, también fue esgrimida en el campo de la pacificación. El presidente vasco explicó que el curso político que comienza tiene que ser el del diálogo. Aunque rechazó que la violencia sea consecuencia de ningún problema político, abogó por convertir el Parlamento de Vitoria 'en el campamento base' de la búsqueda de acuerdos. 'Es la hora de hacer política, precisamente lo que no quiere ETA, y de que los partidos seamos capaces de abordar la normalización buscando soluciones políticas', dijo.
Carmelo Barrio, secretario general del PP vasco, criticó a Ibarretxe por comenzar el curso político con el 'mismo discurso reivindicativo-nacionalista' con el que cerró el anterior. 'No es justo que Ibarretxe reedite ese discurso victimista, ya que Euskadi se ha desarrollado de una manera cualitativa importante con el Gobierno del PP', destacó Barrio.
El lehendakari, que tiene pendiente una cita con el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo que su intención es implicar al máximo al dirigente socialista en el empeño de la pacificación. Los socialistas vascos también plantearán en otoño recomponer los puentes con los nacionalistas, rotos tras la firma del Pacto de Lizarra, en setiembre de 1998.
El Parlamento vasco abrirá el periodo de sesiones posiblemente la última semana de septiembre con un pleno monográfico sobre la paz. 'Se trata de empezar a hablar, más que de llevar propuestas de resolución', subrayó 'porque al final será la sociedad la que dirima, ratifique los acuerdos y las propuestas que hagamos los partidos'.
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