Dokic certifica la crisis de Arantxa y la relega aún más en el 'ránking'
Lo que se anunciaba ocurrió. La crisis de Arantxa Sánchez era un hecho constatado a través de sus últimos resultados. La maquilló salvando, muy cuesta arriba, la primera ronda del Open de Estados Unidos ante la húngara Petra Mandula. La adornó cuando en la segunda se impuso a la japonesa Ai Sugiyama. Pero, al final, volvió a quedar al descubierto. La tenista española perdió ayer, en la tercera,frente a la yugoslava Jelena Dokic por 6-4 y 7-5 en 91 minutos. La derrota le restará puntos en la clasificación mundial (es la 21ª), puesto que el año pasado fue eliminada en los octavos de final, es decir a la eliminatoria siguiente.
La magnitud de la crisis no quedó reflejada, sin embargo, esta vez. Arantxa jugó a un buen nivel; sólo cometió 27 errores no forzados, por 49 su rival, y ganó 71 puntos, sólo cinco menos que Dokic. Y, como es habitual en ella, nunca se entregó. Remontó un 0-3 inicial y empató a cuatro juegos antes de ceder el primer set. Después, en el segundo, logró una rotura y, con 5-4, sacó para la manga.
El problema no está tanto en su juego, que también, como en su cabeza. Ha perdido aquel espíritu indestructible y aquella sólida mentalidad, siempre positiva, que tenía y que la catapultó hasta coleccionar cuatro títulos del Grand Slam y lograr el liderato mundial en 1995. La cuestión es que antes ganaba estos partidos y ahora los pierde. La estadística ante Dokic es un buen ejemplo: Arantxa la había ganado tres veces antes de sucumbir contra ella este año, en Hamburgo, por primera vez.
Contraste
Dokic, de 18 años, es uno de los más claros valores de futuro. Su calidad no sólo quedó ya contrastada cuando en 2000 alcanzó las semifinales de Wimbledon, sino también esta temporada, cuando se impuso en el Foro Itálico de Roma. Famosa por las barbaridades cometidas por su padre, Damir, cuenta entre sus victorias más importantes una sobre la suiza Martina Hingis en la primera ronda de la cita londinense en 1999, cuando era la 129ª del mundo.
Perder contra ella no es un desastre. Ni mucho menos. Pero para Arantxa supone reabrir el debate de si, a sus casi 30 años -los cumplirá en diciembre- será o no capaz de limpiar su cabeza -sus problemas personales, su separación matrimonial, le han afectado- y defenderse con sus armas actuales en un circuito que ha dado un salto espectacular. Algunos críticos creen que no, que ya no puede luchar contra la velocidad que dan a la bola algunas jugadoras, como Dokic. Pero un técnico como Van Harpen, que la conoce bien, opina que aún le quedan recursos.
Segunda ronda: Hombres: Haas (Ale.)-Mantilla: 6-1, 6-0, 6-7 (5-7) y 6-3. Portas-Stoliarov (Rus.): 6-2, 7-6 (8-6) y 6-3. Costa-Hrbaty (Eslovaq.): 6-4, 6-4 y 7-6 (7-5). Agassi (EE UU)-Massú (Chi.): 6-7 (4-7), 6-4, 6-2 y 7-6 (7-1). Kafelnikov (Rus.)-Bastl (Sui.): 2-6, 5-7, 6-1, 6-4 y 6-3. Mujeres: Ruano-Fauth (Aus.): 5-7, 6-2 y 6-4.
Tercera ronda: Mujeres: Hingis (Sui.)-Majoli (Cro.): 4-6, 6-4 y 7-6 (7-5). Seles (EE UU)-Daniilidou (Gre.): 6-2 y 6-3.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.