¡Váyase, señor Manzano!
Domingo 19 de agosto. Mis nietos, que viven en Gran Bretaña, están pasando unos días con los abuelos en Alcalá de Henares. Los abuelos, madrileños y orgullosos de su pueblo, decidimos llevarles a dar una vuelta por el parque del Retiro para que vean que no tiene nada que envidiar al Hyde Park.
Aparcamos en la calle de Alfonso XII y entramos en el parque por la puerta de Murillo. Es la una del mediodía y, con el entusiasmo de la visita, tardamos en darnos cuenta de dónde nos hemos metido.
Nos dirigimos hacia la Chopera para continuar hacia el estanque, pero entonces observamos que hay obras, lo que no tiene importancia, pero también que el parque se ha convertido en un basurero: el suelo está cubierto por una masa informe de papeles, litronas (en un momento contamos más de cien), cristales rotos (mi nieta se hace una herida en el pie), gente tirada por todos los sitios, un antiguo urinario subterráneo tapiado y lleno de basura hasta el borde, algún que otro drogadicto y varios vagabundos... En fin, un ambiente claramente incómodo.
Perdida la objetividad, dimos media vuelta con las orejas gachas para entrar por el paseo de las Estatuas, donde, aunque se sigue observando un deplorable deterioro, el ambiente es admisible.
¡Ah, y tuvimos suerte! Porque, cuando llegamos al coche, estaba intacto. No la tuvieron igual otros dos vecinos al nuestro, uno matrícula CR y otro M: ambos habían sufrido un ladrillazo en el cristal del conductor y habían sido desvalijados.
¿Qué ha hecho usted, señor Álvarez del Manzano, de nuestra querida ciudad? ¿Cómo puede seguir al frente del Consistorio con tan manifiesta incapacidad? Sea honesto y deje paso a un hombre con ganas de trabajar día a día para ganarse el sueldo. ¡Váyase, señor Manzano!
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