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Albelda: 'No voy a calentarme la cabeza con las críticas'

David Albelda Aliques (Alzira, Valencia 1977) es un joven apuesto, bien educado y, según el argot futbolístico, leñero. Ayer se incorporó a la concentración de la selección española, en Valencia, y confesó su pesadumbre. De pronto, tras hacer diez faltas a los madridistas en el partido del sábado, se le ha señalado con el índice acusador: que si se dedicó a dar patadas y rodillazos, a poner pequeñas zancadillas... 'He escuchado algo. Considero que para justificar sus cosas [el Madrid] no tiene que acusarme a mí. Cada uno que mire en su casa. Yo estoy tranquilo porque ahí están las imágenes. Tampoco voy a calentarme la cabeza con las críticas a mi manera de jugar'.

Albelda, pieza clave en la victoria del Valencia el pasado sábado, es uno de esos mediocampistas que han asumido su rol de castigadores, de muros, capaces de rebelarse contra cualquier gesto de cobardía. La afición de Mestalla tiene grabadas en su memoria, por ejemplo, las patadas que le propinó Redondo a Mendieta, borrándolo del campo, en la final de la Liga de Campeones de 2000, en París, en la que el Madrid se impuso al Valencia por 3-0. Desde entonces cree haber encontrado en Albelda a su Redondo particular. Un tipo que, si no dispone del regate, el sentido táctico o la zurda del ex madridista, sí se aproxima a su carácter intimidatorio. Y, si Albelda recibe reproches, los chés responden a coro: 'Hierro también es un leñero'.

'Es normal'

Albelda es amable y querido por los hinchas de su equipo. Un individuo de aspecto muy pulcro y capaz de cometer diez faltas en un mismo partido administrándolas de tal manera que el árbitro no le muestre la tarjeta roja. Como hizo contra el Madrid. Tras el encuentro calculó en la Cadena SER: 'Haría cinco o seis faltas en la primera parte y en la segunda una o dos. A mí no me han expulsado en estas dos últimas temporadas y con un Madrid que juega tanto en el centro del campo es normal hacerlas'.

La estadística refleja que Albelda no hizo ocho como cree, sino diez. Ocho en la primera mitad y dos en la segunda. Cuatro antes de la tarjeta amarilla que le sacó López Nieto y seis después. En la temporada pasada, sólo dos jugadores llegaron a las diez en un encuentro: De los Santos y Moisés. Nadie superó esta barrera. Ni siquiera Albelda, al que en esa misma campaña sólo Ojeda, del Numancia, batió en el promedio de infracciones: una cada 23 minutos frente a una cada 27.

Desde 1995, Albelda ha alternado al Valencia con el Villarreal. Pasó por el filial valencianista y por Segunda con el cuadro castellonense. En el curso que jugó con el equipo amarillo en Primera sufrió un percance: lesionó de gravedad a Juninho, del Atlético: 'Tenía 19 años y no se supo entender lo que penaba. Era inexperto. Pero ya aprendí a no hacer daño. Nunca en mi vida salí a por nadie en concreto. Contra Zidane, tampoco. Yo marcaba por zonas. Si el trabajo del sábado lo hacemos contra el Villarreal, no se estaría hablando tanto'.

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