_
_
_
_
ASTE NAGUSIA

Objetivo: encontrar a Marijaia

A un día de agotarse el reinado de Marijaia, ver a la reina de las fiestas es uno de los principales objetivos de bilbaínos y foráneos en el recinto festivo. Y es que Marijaia no para de moverse durante la Aste Nagusia. Su puesto natural es un pedestal en la plaza Arriaga, pero por allí para poco. Aupada por las comparsas, la reina de las fiestas pasea durante el día de aquí para allá para presidir los numerosos actos que se celebran cada día de fiestas.

Con tanto movimiento, dónde está Marijaia es la pregunta que más escuchan los voluntarios y voluntarias que, vestidos con una llamativa camiseta amarilla, ofrecen información sobre la Aste Nagusia en puestos estratégicos. Natalia, de 19 años, es una de estas informadoras voluntarias y además, de las veteranas, porque lleva realizando este servicio desde que lo instituyó la Fundación Novia Salcedo el año pasado. Desde su puesto en el puente de El Arenal, dedica cada día ocho horas a responder preguntas sobre las fiestas. Según sus cálculos, 'cada cuatro horas atendemos entre 150 y 200 consultas'. Después de Marijaia, los personajes más solicitados son los gigantes y los cabezudos que esos sí que tienen cita fija y todos los días realizan un largo paseo por el recinto festivo a las once de la mañana. Hoy es el día del compasero y para festejarlo, hay comida en El Arenal y un recordatorio a Manu Chao, que este año se ha llevado la bandera azul con la que las comparsas premian al personaje que más ha animado la Aste Nagusia.

Clases de tango

Por la tarde y noche, el ritmo de la Aste Nagusia es hoy más internacional que nunca. A partir de las siete de la tarde, la última oportunidad de recibir clases gratuitas de iniciación al tango. La iniciativa es de la Asociación de amigos del tango Garua y del café Boulevard que, en pleno Arenal, ha cambiado las tertulias de los ilustrados de la villa por el baile. De siete a ocho y media, se imparten clases de tango y después y hasta las diez, clases de salsa, merengue y otros ritmos caribeños. Los que se animen a aprender a bailar, que nunca viene mal, tienen tiempo para disfrutar después del espectáculo de danza del grupo sueco ELD.

Serán 50 minutos de luz, música y danza para la coreografía El sueño iluminado en llamas, especialmente creada para esta ocasión, con bailarines colgados del y sobre el Guggenheim. Las 2.100 invitaciones para ver a ELD se agotaron en 24 horas, lo que ha obligado a los organizadores a colocar una pantalla en el aparcamiento del museo que retransmitirá en directo el espectáculo.

Para los que prefieran música, concierto de Sam Shabalaba y Sabeka para festejar el séptimo aniversario del fin del Apartheid en la plaza Nueva a partir de las 23.30. Será tras los fuegos, hoy de exhibición, de la pirotécnica vizcaína Astondoa.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_