Perplejidad
Leía tranquilamente la edición de EL PAÍS del 16 de agosto cuando me sobresaltó el titular de un artículo de sociedad: La próxima década tendremos que construir nuevas plantas nucleares. Me preguntaba quién era quien pensaba construir nuevas nucleares y, perplejo, me quedé al ver que no era otro que la nueva presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear, la señora Estevan Bolea.
Pero, bueno, me dije yo, ¿no era ése el organismo que se dedicaba a controlar a las nucleares? Parece que ahora también se va a dedicar a construirlas. Me zambullo en el artículo para comprobar que me aguardaba lo mejor: no sólo quiere construir nuevas centrales, sino que las que ya tenemos quiere que funcionen mucho más tiempo, y que, cuando haya que pararlas, quiere que en su sitio pongan otras nuevas. Que no se preocupen los vecinos de la nuclear de Zorita, que la presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear ya les ha resuelto su futuro: cuando cierren la central, ella misma se dedicará a construir otra nueva allí.
Resulta increíble que a estas alturas de la película, el Gobierno tenga la poca sensibilidad de poner al frente del organismo que tiene que controlar a las centrales a una persona que procede de la cara oscura del Partido Popular.
Las fechas cantan: en el 68, en pleno franquismo, y hace la friolera de casi 34 años, entra en la Dirección General de la Energía, y poco después, junto con sus amigos de la época, ve 'nacer', una por una, a todas las nucleares...
Cómo vamos a pretender que también quiera controlarlas o mucho menos cerrarlas. En fin, que, para nuestra desesperación, otro organismo de la Administración más en el que el Gobierno pone al zorro a cuidar del gallinero.
Tendremos nucleares para Rato (y para todos los demás, también).
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