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CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Una Lámpara Minera de poca potencia

Rafael Calderón, 'Niño de Olivares', obtiene el máximo galardón

Sevilla ha sido la gran triunfadora en los concursos de cante, baile y guitarra del XLI Festival Internacional del Cante de las Minas, puesto que hacia allí se fueron buena parte de los premios en litigio, comenzando por la Lámpara Minera.

El gran trofeo de este concurso de cante, que se otorga a la mejor interpretación por mineras y está dotado con 750.000 pesetas, fue para el joven sevillano Rafael Calderón Berraquero, Niño de Olivares, cuyo cante, sin embargo, no llegó a emocionarnos. Es cierto que sus competidores en el cante de mineras no le mejoraron. El de Olivares ganó además el premio por tarantos.

En general, asistimos a una final de bajo nivel, que en ocasiones rondó la mediocridad. No obstante ello ningún premio fue declarado desierto, como ocurriera en otras ediciones. El segundo premio por mineras fue también para Sevilla, en la persona de Raúl Montesinos Hoyos, de La Puebla de Cazalla, tierra de moriscos que tantos buenos cantaores ha dado (Niña de la Puebla, José Menese, Diego Clavel, Miguel Vargas...). Montesinos ganó asimismo el premio por alegrías.

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Otro premiado por partida doble fue Manuel Cuevas Rodríguez. Sevillano de Osuna, se llevó los premios por malagueñas y siguiriyas. Cantaor de un fuelle impresionante, se pierde en llevar la voz a términos imposibles y mantenerla ahí tiempo y tiempo.

Dos ganadores tuvo Huelva: Loli Expósito Carbonell, quien triunfó por granaínas, y Jerónimo José Segura Paredes, quien con una toná se llevó el premio de jóvenes cantaores. Para Jaén se fue el premio a la mejor taranta, en poder de Juan Fuentes Pavón. Y al lado de La Unión, en Cartagena, se quedó el premio por cartageneras, otorgado a Salvador Salas Munar, El Potro.

En el concurso de baile, el primer premio, junto con el trofeo Desplante, se lo llevó otro sevillano, Rafael Blanco Segura, Rafael del Carmen, un buen bailaor en la línea actual de mucho uso de los pies. El segundo premio fue para el cordobés Rafael del Pino Moreno, Queco.

En el concurso de guitarra, en bloque seguramente la faceta de mayor calidad, el primer premio y el trofeo Bordón fue para Alejandro Torres Cantón, Niño de la Era, de Ciudad Real, y el segundo para Eduardo Trasiera López, Niño Trasiera, de Sevilla.

Hubo también premios para letras de cante, trabajos en medios de comunicación, etcétera. En total, más de cinco millones de pesetas en premios, mucha animación y a la salida los consabidos cambios de criterios, casi siempre apasionados, sobre el acierto o no de los jurados, presididos por el cantaor Antonio Fernández, Fosforito, en la concepción de los premios.

Y a pensar ya en el año que viene.

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