ETA recurre a sus 'comandos' de reserva para la campaña de verano
Los responsables antiterroristas de Madrid, Vitoria y Barcelona analizan hoy el atentado de Salou
Las fuerzas de seguridad del Estado confesaban en marzo sus fundados temores de que ETA tuviera planeada una campaña de verano similar a la de 2000 -cuando asesinó a nueve personas entre junio y septiembre- y que intentara combinar los asesinatos con acciones intimidatorias e indiscriminadas contra el sector turístico. Los atentados perpetrados los días 17 y 18 de marzo en Roses (Girona), en el que murió el mosso d''esquadra Santos Santamaría, y Gandía (Valencia), dos localidades eminentemente turísticas, convirtieron el temor en certeza.
Pero fue la propia ETA, en el comunicado reivindicativo de esos atentados, la que advirtió de modo claro 'a quienes eligen las zonas turísticas españolas' de que esos destinos eran su objetivo. 'Por ello, para que no haya consecuencias inesperadas, lanzamos un llamamiento para que no se acuda a esos lugares', decía.
ETA dio la orden a sus comandos, que se pusieron manos a la obra. Antes de que acabara marzo, la Guardia Civil detuvo en A Coruña a Alicia Sáez de la Cuesta y su grupo, quienes disponían de planos de diversas localidades catalanas y de Roses. El 14 de junio caía el comando Xoxua, que tenía planes para atacar en verano en Santander, incluida la colocación de un coche bomba en un ferry.
Treinta días después, el 24 de julio, era descubierto en Torrevieja (Alicante) un comando legal de ETA al estallarle en las manos a la etarra Olaia Kastresana, de 22 años, la bomba que manipulaba, lo que puso en fuga a su compañero Anartz Oiartzabal. Ambos formaban un comando itinerante constituido en Guipúzcoa y disponían de 12 kilos de dinamita para atentar contra intereses turísticos en la costa este. A este talde se han atribuido la bomba que estalló en una vía férrea en La Roda (Albacete), el 3 de agosto, y las otras dos que levantaron parte de las vías de AVE en Ciudad Real el 15.
Dos días después de la muerte de Kastresana, los artificieros de la policía desactivaban un coche con 53 kilos de dinamita colocado en el aeropuerto de Málaga. Los expertos antiterroristas se plantearon entonces si este intento de atentado era obra de un comando itinerante -el coche fue robado en Zestoa (Guipúzcoa) el 20 de julio y colocado en el 25- o de otro desplazado a Andalucía para atacar esa costa y que habría huido ante el temor de que las huellas u otras pistas halladas en el coche permitieran su localización.
Los expertos consideran ahora que esta cadena de reveses ha llevado a ETA a activar los comandos que mantenía dormidos (inactivos), bien en Vizcaya bien en Guipúzcoa. Así, el atentado de Salou se atribuye a uno de estos comandos de reserva, que supuestamente se habría desplazado a Tarragona sólo para esta acción, en la que han participado, de una u otra forma, terroristas de Vizcaya (el coche fue robado en Ondarroa), Guipúzcoa (el vehículo cuyas matrículas fueron duplicadas estaba en San Sebastián, donde se avisó de la explosión) y Francia (país donde fueron cargados los explosivos).
Una tonelada de dinamita
Los activistas serían entre dos o tres jóvenes, cuyas identidades se desconocen, con una fuerte cobertura legal en el País Vasco, donde viven y trabajan con normalidad hasta que reciben las instrucciones de la dirección etarra para actuar. ETA ha echado mano de los comandos legales para la comisión de la mayoría de los atentados perpetrados este año, en los que ha gastado más de 400 kilos de la dinamita robada en Grenoble (Francia) el 8 de marzo, de la que conserva 1,2 toneladas. Los últimos 50 los quemó en Salou, que ayer comenzaba a recuperar la tranquilidad mientas proseguían las labores de limpieza y rehabilitación. El 60% de las habitaciones del hotel Cala Font, ante el que estalló el coche, han podido ser reocupadas, no así las 140 de la fachada más próximas al lugar del atentado.
Esta explosión ha llevado a adelantar a hoy la reunión antiterrorista que iban a celebrar a final de mes el secretario de Estado de Seguridad, Pedro Morenés, y el viceconsejero vasco Mikel Legarda. A mediodía se reunirán en la sede del Ministerio del Interior para analizar el atentado con mandos de los servicios de Información de la Guardia Civil, el Cuerpo Nacional de Policía, la Ertzaintza y, en esta ocasión, de los Mossos d´Esquadra, al haberse cometido el último atentado en Cataluña.
Esta será la primera reunión de coordinación tras el acuerdo de aumentar la colaboración mutua contra ETA y la kale borroka que alcanzaron Morenés y Legarda el viernes, que incluia celebrar encuentros inmediatamente después de cada atentado. Fuentes del ministerio indicaron ayer que esta reunión se ve 'con optimismo', ya que pone de manifiesto la voluntad de abrir un frente policial común al terrorismo.
El encuentro se verá marcado por las declaraciones del consejero de Interior, Javier Balza, a los diarios del grupo Correo, en el que reclama más medios y más información sobre ETA de la que se recaba en Francia. 'Coordinación sí, pero con medios de trabajo para la Ertzaintza, porque es una vergüenza que 20 años después [de la creación del cuerpo] no estén aún desarrollados', dice. Balza admite que los 'recelos políticos' entre el Gobierno vasco y el PP 'no se dan entre la Consejería y el Ministerio de Interior'.
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