Las dos caras de la guerra
El documento firmado para la reforma de Macedonia (...) muestra las dos caras de la guerra. Por un lado, no ofrece cambios radicales para el Estado macedonio: permanece unificado y respetados los derechos de todos los ciudadanos. Por el lado albanés, el idioma ha avanzado hacia un status oficial. (...) Sin embargo, fue necesaria una guerra para que la mayoría macedonia y los albaneses alcanzaran un nuevo compromiso. Esta guerra ha sido también, por tanto, un sustituto ante la falta de talento, voluntad y una auténtica solución política.
Con la guerra vino la destrucción (...) y un nuevo distanciamiento étnico que costará décadas enmendar. (...) Por un lado, el ELN demostró que podía ganar en los aspectos tácticos, aunque con cada victoria táctica perdía una estratégica: la división del país en territorios étnicos. El Ejército macedonio no logró ninguna victoria y fue derrotado en cada batalla a la que se enfrentó al ELN; sin embargo, conseguía aproximarse a su objetivo: dividir el Estado en territorios étnicos, desplazando a los albaneses a la parte occidental de Macedonia. (...)
Los albaneses de Macedonia han dado un giro a la situación: (...) han conseguido ser un sujeto de Estado, y no un objeto al que la mayoría pueda imponer su voluntad. (...) Los cambios en la identidad política de los albaneses y los cambios en la identidad del propio Estado macedonio son parte de un mismo proceso, que será traumático y en el que para tener éxito habrá que emplear mucho tiempo, esfuerzo y creatividad. (...)
Veton Surroi
Pristina (Kosovo), 14 de agosto
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