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FÚTBOL

El Barça tropieza con Hughes

El ex ariete azulgrana acaba con la imbatibilidad barcelonista y reitera sus carencias defensivas

Ramon Besa

A un ilustre ariete galés que ya ha cumplido los 37 y peina unas preciosas canas que dignifican su envidiables bucles; un delantero centro a la vieja usanza, más que nada por la fiereza de su salto y envergadura de su carrocería; un jugador de pescuezo grande, espalda ancha y piernas robustas que más que jugar la pelota sabe protegerla y pegarla; un punta al que los árbitros españoles maltrataron pitándole más faltas en contra que a favor; un viejo conocido del Camp Nou, de nombre Lesley Mark Hughes, Sparky para los amigos; a ese venerable futbolista le correspondió ayer el honor de acabar con la imbatibilidad del joven y renovado Barça liderado por Javier Saviola, que ha cumplido 19 años.

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La zaga pierde a un equipo mejor armado y resolutivo

Pese a la compañía del niño bonito Gary Lineker, Hughes nunca fue feliz en el Barça de Terry Venables, y cada vez que se reencuentra con su ex equipo se lo recuerda. Ya lo tumbó en la final de la Recopa del 91, cuando defendía la zamarra de los diablos del Manchester United, y ayer lo remató en el Ewood Park con un gol, el tercero del Blackburn Rovers, que provocó la primera derrota del Barça desde que se puso los calzones en la presentación. Por su autor y por la manera cómo marcó -de volea, recogiendo un centro desde la derecha-, el tanto denunció la vulnerabilidad de la zaga barcelonista, empeñada en emborronar en cada partido la solvencia de la delantera, juegue quien juegue, esté quien esté, frente al rival que sea. Al igual que ante el WislaCracovia, el Barcelona encajó tres goles y por la misma vía: dos centros mal atacados desde las bandas y peor defendidos por los centrales y una desatención a un rechace del portero, en este caso un penalti provocado por Christanval, un zaguero que no sabe defender.

Los errores puntuales y, seguramente el desconcierto que provocó el árbitro en una y otra área, destemplaron al grupo de Rexach, falto de agresividad, de concentración y sobrado de plasticidad. Jugó más cómodo el Barcelona que en los seis partidos precedentes, saldados todos con victoria. Le faltó más profundidad y le sobró quizá relajación. Progresando con dos extremos (Geovanni y Overmars) o con un jugador de banda (Overmars) y un delantero (Saviola) no llegó al marco contrario con la fluidez de encuentros precedentes. El gol de Cocu se armó en un rechace y el penalti transformado por Xavi no se sabe bien a quién se lo pitaron ni por qué, si bien es cierto que Kluivert remató al larguero una asistencia de Reiziger. Al fin y al cabo, el Barcelona tuvo una buena posesión de la pelota y se fajó bien en la divisoria frente al plantel de Graeme Souness, un equipo más hecho que el Derby County, con más oficio, de más empaque, pese a que acaba de recuperar su condición de miembro de la Premiere League.

El Blackburn Rovers no dejó que el Barcelona transitara a su aire, sino que le dejó tocar en las zonas blandas del campo y le intimidó en los flancos. Los azulgrana llevaron siempre el retrovisor puesto, sabiendo que cada pérdida de pelota podía suponer un remate contra Reina o Bonano. El ariete Blake y el punta izquierdo Grabbi zarandearon con cierta reiteración a la defensa azulgrana, que volvió a quebrarse en jugadas de libro. La salida de Saviola, ausente en los tres últimos partidos por la muerte de su padre, pareció cambiar la dinámica del choque. El argentino movió más a la delantera, pero el equipo continuó igualmente espeso en el medio y claro atrás, aunque atrapó un empate que parecía un buen resultado para salir del paso. Pero entonces apareció Mark Hughes y decidió que si el Blackburn no merecía ganar el partido, lo más justo es que lo perdiera el Barcelona, más que nada por comodón, así que a la que le llegó la pelota, no perdonó, y con una gran volea dejó a su ex equipo en ascuas a la espera, el viernes próximo, del Gamper. Y por si quedaba alguna duda de que el partido se había acabado con el gol de Hughes, el árbitro le anuló un gol a Trashorras que pareció tan válido como inexistente el penalti transformado por Xavi. La gloria era para Sparky.

Anderson intenta quitarle el balón a Blacke.
Anderson intenta quitarle el balón a Blacke.RAMÓN MARCANO

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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