'Una ganadora total'

Cuando los vecinos pasan ante la puerta del piso de la familia Domínguez Azpeleta, en la capital palentina, comentan con orgullo: 'Aquí vive Marta, la que ganó la medalla de plata en los 5.000 metros'. Para su familia, ayer, todo eran felicitaciones y muestras de cariño. El teléfono no dejó de sonar en todo el día y el rostro de Paquita, su madre, no podía, ni quería, esconder una sonrisa de satisfacción y orgullo. No en vano es consciente de que su hija ha firmado una de las páginas más importantes del atletismo español al convertirse en la primera mujer que obtiene una medalla en pista en unos Campeonatos del Mundo al aire libre.

'Nos juntamos unas veinte personas para ver la carrera por televisión. Toda la familia y algunos vecinos', explica Paquita. También sus tíos, los que regalaron a Marta Domínguez la cinta rosa que, como un talismán, recoge su pelo mientras aprieta los dientes y levanta un brazo al saberse medallista de plata. Un amuleto que la acompaña desde hace años, asegura su madre, tras recordar que en los Campeonatos de Sevilla, en 1999, 'la perdió, pero un comisario de pista la recogió y se la guardó'. Para ella debe de ser ya casi una corona de laurel tras su histórico éxito en la cita canadiense.

Hija de un metalúrgico, Agustín, que ayer, domingo, tuvo que ir a trabajar y de Paquita, una mujer dedicada por entero a sus cuatro hijos [los cuatro atletas] y al cuidado de la casa, Marta, de 25 años, empezó muy joven en el atletismo. 'Algún cross y otras carreras', según su madre, 'que ya demostraron el genio y la tenacidad de la chica'. 'Una vez', rememora, 'siendo jovencita, la sacaron de una carrera de un empujón. Chocó contra otra atleta y, al caer, ésta le clavó los tacos en una pierna. La tuvieron que dar 20 puntos. A pesar del dolor, Marta consiguió recuperar posiciones y ganar para Castilla y León el campeonato que estaban disputando'.

Esas ansias por ganar son las mismas que ha llevó a Edmonton, continúa Paquita. 'Lo de los Juegos Olímpicos de Sydney fue un mal sueño, un catarro a destiempo', matiza tras mostrarse de acuerdo en que ese resfriado, fruto del frío invierno australiano, la privó de demostrar que sus tres medallas de bronce en los 3.000 metros en varios Campeonatos de Europa en pista cubierta y el bronce en los absolutos de 1998 en Budapest no eran fruto de la casualidad o de que sus competidoras flojeasen.

Marta es, según su madre, 'una ganadora total por el empeño y la dedicación que pone en todas las cosas que hace'. Un tesón que todavía es más evidente al hablar de los problemas que se han suscitado ante el posible dopaje por EPO de la rusa Olga Yegorova, la única que la ha superado esta vez, y las criticas de la rumana Gabriela Szabo, que incluso amenazó a la Federación Internacional con no competir si permitía que lo hiciera su gran rival.

Su madre sentencia: 'Marta no estaría de acuerdo en obtener la medalla de oro si finalmente Yegorova es descalificada por su positivo en la reunión de Saint Denis. A ella le gusta conseguir sus triunfos en la pista y gracias a su sacrificio, no en los despachos'.