Un viraje radical en ocho días

La noticia de que el PP había decidido finalmente crear una comisión de investigación sobre Gescartera llegó con retraso a algunos de sus miembros. La portavoz en funciones del partido, Mercedes de la Merced, se apresuró a defender por la mañana que todas las comparecencias podían hacerse en el 'ámbito de una subcomisión' y que si alguien no podía ir era 'poco preocupante', toda vez que la 'investigación se está llevando a cabo en los tribunales'. Horas después, el PP aceptaba la creación de una comisión de investigación.

Adoptar una medida como ésta ha costado varios días. El portavoz de Economía en el Congreso, Vicente Martínez Pujalte, justificó la negativa a crearla con el argumento de que 'sería como reconocer que ha habido dolo (voluntad de cometer delito) en la conducta del Gobierno' y equivaldría a 'organizar un juicio paralelo'. Estas palabras perdieron ayer su validez, ocho días después de haberlas pronunciado porque así, según el PP, lo ha decidido su presidente, José María Aznar. Pero Aznar, el pasado lunes, se refirió exclusivamente a la subcomisión que propuso el PP para hablar de las comparecencias de ministros y altos cargos a los que se cite.

El portavoz del PSOE, Jesús Caldera, dijo anoche que el PP ha cambiado de opinión 'forzado por la opinión pública y por la gravedad del escándalo'. Añadió que su grupo espera que 'no sea una operación de imagen y que se permita investigar hasta el final'.

La comisión de investigación sobre Gescartera fue una iniciativa que presentaron el PSOE e IU en el Congreso el pasado 2 de agosto, en la comparecencia parlamentaria de Pilar Valiente para explicar el caso en el Congreso. El PP se les había adelantado con el anuncio de crear una subcomisión para garantizar 'la transparencia' en los mercados financieros. La comisión tiene capacidad de investigación, mientras que la subcomisión sólo estudia.