Los ediles de Los Serranos piden la declaración de zona catastrófica

Los alcaldes de los municipios de la comarca de Los Serranos solicitarán, según dijo ayer el primer edil de Tuéjar, Delfín Martínez, que las granjas afectadas por peste porcina sean declaradas zona catastrófica. El foco detectado en Tuéjar el pasado jueves ha dado al traste con las expectativas de normalidad en la zona después de mantener el ganado de ciclo cerrado inmovilizado tras el anterior contagio de peste porcina. Desde el jueves, 17 explotaciones deben sacrificar todos sus animales, alrededor de 18.000.

Delfín Martínez explicó que 'los ganaderos se encuentran moralmente hundidos y según los comentarios de los propietarios de las granjas, posiblemente no continúen con su actividad'. En un intento de evitar la catástrofe económica que ello supondría para la comarca, los alcaldes de Los Serranos solicitan a la consejería de Agricultura un crédito blando en línea de subvenciones.

Ximo Puig, portavoz del grupo parlamentario socialista, dijo ayer que el nuevo brote de peste porcina común detectado en Tuéjar evidencia 'la falta de control absoluto' de Agricultura. Puig exigió a la Generalitat que 'se tome en serio la peste porcina' y que adopte las medidas 'competentes y suficientes para que la situación no se vuelva a repetir'. A las críticas de Puig se sumó también la diputada del grupo Esquerra Unida, Dolors Pérez, quien criticó el precipitado levantamiento de la inmovilización de cerdos.

Agricultura recurre a Europa

La consejera de Agricultura, Pesca y Alimentación, Mª Ángeles Ramón-Llin, anunció ayer su petición al ministro Miguel Arias Cañete de que sea Bruselas, a través del FEGA (Fondos Europeos de Garantía Agraria) quien compre las cabezas inmovilizadas para dar así alguna salida a los granjeros. Esta medida coincide con las solicitudes realizadas en el mismo sentido por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA).

Para el presidente de la organización, Cristóbal Aguado, el FEGA debe actuar en la zona que queda fuera del kilómetro de sacrificio obligatorio, cuyo ganado queda inmovilizado ante las labores de vigilancia que en teoría deberían evitar un nuevo brote. Aguado señaló que el foco de Tuéjar, que ha afectado a una granja de ciclo cerrado, 'era muy difícil que se produjera pero ha ocurrido, lo que demuestra la facilidad con que se contagia'.

Así pues, las granjas que están fuera del kilómetro de sacrificio obligatorio, se encuentran con que sus cerdos llevan más de un mes hacinados, con sobrepeso, sin poder hacer nada con ellos y suponiendo unos enormes gastos. Por tanto, AVA-ASAJA pide que sea el FEGA quien pague, aunque sea por debajo del precio de mercado, una cantidad por cada cabeza y se encargue del sacrificio de los animales. De ese modo, el propietario se resentiría, dijo Aguado, algo menos.