'A los 'narcos' inmigrantes no sé si les piden papeles'
Barba canosa. Ropa informal y descuidada. Nadie diría que tiene dos licenciaturas, una diplomatura y que, además, es sacerdote. Sí. José Chamizo, defensor del Pueblo andaluz, es cura. Pero su procesión va por dentro.
Pregunta. Caso Gescartera: ¿la Iglesia puede tener 1.000 millones para jugar en Bolsa?
Respuesta. No. No me parece ético. Ese dinero tiene que estar al servicio de los colectivos más desfavorecidos. Acumular dinero es una especie de pecado social.
P. Pues el arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, acude a la parábola del talento para justificar que el dinero hay que ponerlo a trabajar (como han hecho el obispado de Valladolid y otros religiosos) y no tenerlo guardado en el calcetín ni debajo de un ladrillo...
R. Sí, pero el trabajo que tiene que hacer la Iglesia es siempre con los pobres.
P. ¿Usted está más con la Iglesia que se manifiesta contra la globalización?
R. Sí. Estoy contra la globalización económica, porque me parece una vergüenza que el G-8 aparezca como una especie de nuevo imperio romano que, de alguna manera, supone la pobreza para muchos países, creando fenómenos, entre ellos el migratorio, que es una consecuencia de la desigualdad.
P. ¿Habría ido a Génova?
R. En mi situación actual, no creo que pueda ir a ningún sitio. Pero mi corazón estaba en Génova.
P. Pues es usted un fascista, como sostiene un secretario de Estado del Gobierno de Aznar.
R. Utilizar términos de ese tipo me parece muy peligroso. El fascismo, si es algo en estos tiempos, es un fascismo económico.
P. Ha pasado buena parte de su vida en el Campo de Gibraltar. ¿Qué siente cuando aparece otro cadáver, uno más, en las costas del Estrecho?
R. Solidaridad con las víctimas y sus familias. Y me pregunto si no nos estamos acostumbrando a este fenómeno. Últimamente asumimos la tragedia de los demás con demasiada frivolidad. Siento perplejidad porque en un tema tan grave como éste, la Unión Europea (UE) y los Gobiernos español y autonómico no se hayan puesto de acuerdo para tomar medidas que salven vidas.
P. ¿Qué solución ve?
R. Un pacto de Estado. Pero, atención: éste no es sólo un tema de los Gobiernos español y andaluz. La UE se tiene que mojar más. La UE va por detrás de la realidad, sólo se adelanta en temas económicos y estamos siempre con lo mismo: economía, economía, economía... y llega uno a estar harto.
P. ¿Qué hacer?
R. En una ocasión se desplegó el Ejército en la zona (1992). La gente, al menos, no perdía la vida. No quiere decir que yo deseo que la gente no venga. Que vengan, pero en un medio de transporte normal y con su contrato de trabajo. Esto es normalizar la inmigración. Lo que no se puede es dejar que las personas sigan muriendo en el Estrecho. Ante eso, cualquier medida es válida.
P. Titular: Cien inmigrantes deambulan por Barcelona sin que ninguna administración les dé cobijo. ¿Qué siente?
R. Es un ejemplo más de la descoordinación de las administraciones. El pacto de Estado es urgente.
P. ¿Qué puede hacer un Ayuntamiento aisladamente?
R. Ponerse de acuerdo con las demás administraciones para ofrecer una alternativa común. No puede ir cada uno por su lado. Si no hay solución, que sea una 'no solución conjunta'.
P. ¿Cómo va el proyecto de la Junta de Andalucía para construir viviendas para inmigrantes?
R. Ya hay Ayuntamientos de Huelva, Granada y Almería que se han sumado al proyecto. Aunque los que tienen mayor concentración de inmigrantes, como El Ejido, no lo han hecho. Pero sí se sumó Roquetas.
P. ¿Cómo se puede obligar a los Ayuntamientos a ceder terrenos?
R. La misma presión migratoria los tiene que obligar. Lo que se están jugando esos Ayuntamientos es su futuro económico. Ya que no se entiende el discurso solidario, vamos a dar el economicista.
P. ¿Usted cree?
R. Sí. Porque un programa de televisión, que se ve en toda Europa, en donde se muestra la situación de los inmigrantes, hace más daño a los productos de Almería que construir alojamientos. Ese mensaje lo han captado casi los empresarios más que algunos alcaldes.
P. Usted dijo que si los inmigrantes votaran, les harían viviendas inmediatamente.
R. Esa frase la reafirmo. Si votaran, habría la mitad de problemas.
P. ¿Los españoles somos tan racistas como otros europeos?
R. El principio de solidaridad se está quebrando y, si se produce esa quiebra, puede surgir cualquier actitud. Hemos pasado del llanto por los muertos del Estrecho a la suspicacia hacia los inmigrantes. El futuro no está claro, parece que tiende más, no diré que al racismo, pero sí al rechazo.
P. Usted también dice que si le pidieran los papeles a los inmigrantes ricos, nos íbamos a llevar más de una sorpresa...
R. Porque seguro que no cumplen con todos los requisitos de la Ley de Extranjería.
P. ¿Hay una ley para los pobres y otra para los ricos?
R. El fenómeno de la inmigración es, ante todo, un fenómeno de pobres. Lo que se rechaza no es al inmigrante, sino al que no tiene dinero. Las costas españolas están llenas de narcotraficantes de otros países y yo no sé si alguien les pide los papeles en algún momento.
P. ¿La inmigración la fuerza el hambre?
R. El auténtico efecto llamada es el del hambre. El impulso fundamental es 'aquí no se puede vivir, tengo que buscar otro país'.
P. Efecto llamada, efecto péndulo. ¿Está mareando la perdiz el Gobierno del PP?
R. La perdiz se viene mareando desde 1985, si tengo que ser honesto. Pero no acabamos de encontrar una fórmula: ni con la ley de 1985 ni con ésta. Y digo y repito: hay obsesión con las expulsiones.
P. ¿Qué le parecen los juicios rápidos que propone el ministro Mariano Rajoy?
R. ¡Eso lo pide todo el mundo: juicios rápidos! ¡Con lo que tardan! [Sonríe]. Desde luego, es mejor juzgar y, con sentencia firme, hacer lo que fuere, que no expulsar sin derecho a ser oído.
P. ¿Inmigrante igual a delincuente?
R. Muchísimos inmigrantes no delinquen. Ahora sí, hay un porcentaje que delinque. Y lo hacen porque la propia ley los sitúa en la exclusión social y ahí cabe todo: delinquir, vender menores, la prostitución... Es una lucha por sobrevivir.
P. ¿El defensor del Pueblo español, Enrique Múgica, es menos crítico que usted?
R. La gran decepción para muchos ha sido que no recurriera al Tribunal Constitucional algunos aspectos de la Ley de Extranjería. Pero me consta que otras cosas, como el servicio de guardia que tiene el Defensor para los detenidos en el aeropuerto de Barajas, funcionan perfectamente. No debemos confundir determinados mensajes de su titular con el trabajo global de la institución, que va en otra línea.
P. Es usted diplomático...
R. Es que estudié en el Vaticano. [Risas].
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