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El menor que huyó del reformatorio el domingo vuelve a él tras ser detenido

El menor de 17 años fugado el domingo del reformatorio El Pinar (Fuencarral), el único de la región gestionado por una entidad privada, ha sido detenido por la policía y devuelto al centro. Este recinto cerrado para menores autores de delitos atraviesa unos días de conflictividad a partir de esa fuga del domingo. En la madrugada del miércoles otros cuatro jóvenes intentaron evadirse, aunque sólo uno lo logró; horas después se produjo un conato de revuelta entre los internos, lo que llevó a la dirección a avisar a la policía antidisturbios.

Desde la apertura del centro, en enero, se han producido cuatro fugas (las dos de estos días y otras dos en abril), un motín, y la dimisión de la primera directora, Florencia Pozuelo, a los dos meses de estar en el cargo. Ante esta situación, la Comunidad ha sacado la 'tarjeta amarilla' a la asociación Cicerón, que gestiona el reformatorio; ha redoblado el número de vigilantes por turno (pasan de 4 a 8) y ha pedido a la Delegación del Gobierno que, mientras dure la tensión, mantenga a dos coches patrulla en las inmediaciones.

Fuentes del Instituto Madrileño del Menor y la Familia (IMMF) aseguran que el recinto 'va recuperando la normalidad'. Sin embargo, a las 13.15 de ayer uno de los 27 internos trató de quemar con un mechero el colchón de su habitación. Según el IMMF, el incidente quedó ahí porque, al ser los jergones ignífugos, aunque se produjo una humareda. Uno de los vigilantes que intervinieron durante el incidente tuvo que ser trasladado en ambulancia al servicio oftalmológico del hospital de La Paz porque el polvo de un extintor le había entrado en los ojos.

'Más educadores'

El defensor del Menor, Javier Urra, que visitó El Pinar el pasado miércoles, pide 'más educadores y no más medidas de seguridad' para afrontar los problemas surgidos. Ahora hay 25 educadores. En junio, el Gobierno regional reforzó su control sobre el centro: a los responsables de Cicerón sumó un coordinador y dos técnicos propios. Cicerón ni siquiera estaba inscrita en el registro de asociaciones cuando el Ejecutivo presidido por Alberto Ruiz-Gallardón le adjudicó este servicio.

Urra cree, sin embargo, que aunque el centro lo gestionase directamente el Instituto del Menor, 'habría algún problema'. Con la nueva Ley Penal del Menor, en vigor desde el 13 de enero, que eleva de los 16 a los 18 años la edad mínima de ingreso en prisión, los reformatorios acogen a jóvenes más curtidos, algunos de los cuales han pasado por la cárcel. 'La nueva ley merece la pena, pero supone un reto. En El Pinar hay algunos chicos que, tras llevar años encarcelados, han sido trasladados por los jueces a este centro, de carácter más educativo que punitivo, y están creando dificultades', apostilla.

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Elena Vázquez, diputada regional del PSOE, cree que Cicerón 'ha demostrado ya su incompetencia' y reclama que sea la Comunidad la que regente el centro.

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