Paz en los Balcanes
Ayer crecían las esperanzas de que los líderes políticos eslavos y albaneses de Macedonia pudieran estar próximos a la firma de un tratado de paz que ponga fin a la última explosión de violencia en los Balcanes. El mérito de que las partes en conflicto hayan llegado a este punto se le ha de reconocer a la Unión Europea, Estados Unidos y la OTAN, aunque sus esfuerzos pueden ser en vano si no despliegan importantes fuerzas de seguridad.
Bajo el acuerdo vigente, las tropas internacionales serían enviadas a Macedonia durante tan sólo 30 días (...). Esto no es realista. (...)
Las partes implicadas no darán un paso más si no se les promete una presencia internacional mayor que esta misión temporal. Los albaneses quieren saber que una vez que sus guerrillas se replieguen, habrá alguien que vigile las fuerzas de seguridad dominadas por los eslavos, y los eslavos quieren saber que los rebeldes no utilizarán el alto el fuego para expandir su presencia subrepticiamente. (...)
La UE y EE UU, comprensiblemente, son reacios a crear otro protectorado balcánico internacional. El plan de los 30 días conlleva grandes peligros ya que otorga una responsabilidad excesiva a los líderes políticos locales en lo que al cumplimiento del tratado se refiere. Si fallaran, el país se vería abocado a la guerra civil, y la OTAN se vería entonces obligada a intervenir de todas maneras, pero con unos costes humanos y financieros mucho mayores que en este momento.
Londres, 8 de agosto
