Iberdrola apuesta por una inversión tecnológica en Castellón en la batalla del gas con Unión Fenosa

Iberdrola coordinará y supervisará el funcionamiento a mediados de la presente década de unas 17 centrales de ciclo combinado que la compañía tendrá un funcionamiento en todo el mundo desde el nuevo centro de Castellón. Las instalaciones que la empresa del sector energético posee en el polígono del Serrallo del Grau de Castellón albergarán un nuevo centro de monitorización, diagnóstico y simulación, actualmente en obras, que permitirá controlar en tiempo real, a través de nuevas tecnologías y comunicaciones vía satélite, el funcionamiento de las plantas de ciclo combinado que Iberdrola tendrá radicadas en México, Brasil y España. El centro entrará en funcionamiento la próxima primavera.

El nuevo centro de monitorización constituye, según el director de la actual central térmica, Vicente Casanova, 'una apuesta tecnológica de la compañía española por Castellón'. Casanova apuntó ayer en unas jornadas de puertas abiertas que actualmente sólo existe un centro similar en Atlanta propiedad de una multinacional estadounidense.

Iberdrola está inmersa en la construcción de plantas de ciclo combinado, que permiten el uso de gas natural, pero también de fuel. En el horizonte de los próximos seis años, Iberdrola pasará de 22 turbinas en diez centrales en todo el mundo, a tener 30 turbinas en unas 17 centrales distintas; o lo que es lo mismo, conseguirá alcanzar una producción anual de 9.000 megavatios.

Y todo ello será controlado desde Castellón. El nuevo centro permitirá, según los directivos de la compañía eléctrica, reducir las paradas de dichas centrales, predecir el ciclo de vida de las mismas, optimizar su funcionamiento, evitar fallos técnicos y lograr mejorar las cuentas de resultados de la explotación de esas plantas de ciclo combinado.

En junio se pondrá en funcionamiento la nueva planta de ciclo combinado que Iberdrola levanta en Castellón, junto a la antigua central térmica. Poco antes, debe inaugurarse la de Monterrey, en México, la segunda de estas características que pone en funcionamiento Iberdrola.

La planta de Castellón producirá 6.000 millones de kilovatios al año, unos 800 megavatios anuales, lo que supone un tercio de la electricidad que consumimos actualmente los valencianos. La central de ciclo combinado le supondrá a Iberdrola un desembolso de unos 50.000 millones de pesetas.

El ciclo combinado aprovecha el calor residual de la turbina que funciona con gas para producir también energía eléctrica a través de un nuevo ciclo de vapor, lo que presenta evidentes mejoras ambientales respecto a las tradicionales centrales térmicas de carbón.

Iberdrola reconoce que el modelo impuesto en el complejo Bahía Bizcaia, SA, actualmente en obras, podría servir de modelo para las instalaciones de Castellón. En la planta vasca, los buques que transportan metano con destino a la planta de regasificación descargan en alta mar. 'Es obvio que el ideal y lo más económico es tener el combustible cerca de la propia planta de ciclo combinado', reconocía ayer el delegado de Iberdrola en la Comunidad Valenciana, José María Barona, en una velada argumentación en favor de la ubicación de la futura planta regasificadora en Castellón, que supondría una inversión inicial de unos 45.000 millones de pesetas.

Unión Fenosa, rival directa de Iberdrola, proyecta un complejo parecido, pero en Sagunto. La central de ciclo combinado que construye Unión Fenosa y que debe empezar a producir en 2006 tiene prevista una potencia máxima de 2.400 megawatios, el triple que la de Castellón.

La compañía gallega pugna por arrancar la autorización oficial para instalar una planta regasificadora en Sagunto. La decisión final corresponde a Encovagás, una empresa impulsada por la Generalitat para analizar el futuro del mercado de gas.

Iberdrola participa en el capital de Encovagás para seguir de cerca la evolución de los estudios, una ventaja sobre Unión Fenosa que la nueva inversión tecnológica persigue afianzar.