Medio paso adelante

El presidente del Gobierno español se entrevistó la semana pasada con el presidente de uno de los más importantes gobiernos regionales. ¿Qué tiene eso de novedoso? La respuesta es que ésa es la novedad. Desde principios del año pasado (...), Aznar y su partido, el PP, han tratado al PNV y al Gobierno vasco casi como parias, condenándolos por ser demasiado blandos con, si no como aliados de, los terroristas (...).

Aznar, sin embargo, merece cierta comprensión. Él, como casi todos los españoles, acepta plenamente la Constitución. El PNV, no. Se opone a los pistoleros de ETA, pero comparte su objetivo a largo plazo, la independencia. De ahí el desacuerdo en el encuentro (...). Según el acuerdo especial al que se llegó cuando las regiones españolas obtuvieron su autonomía, el País Vasco tiene derecho a poderes más amplios que otras. Controla la mayor parte de los impuestos (...), pero desea, por ejemplo, gestionar también la Seguridad Social. El centro objeta que esto produciría desigualdad entre los españoles. Pero su objeción más profunda es que los nacionalistas vascos no considerarían cada transferencia de funciones más que como otro paso hacia la secesión definitiva.

La entrevista fue valiosa (...), pero difícilmente puede decirse que lo fueran sus resultados. Pero puede llevar a más cosas, entre las que estaría la cooperación activa del Gobierno vasco contra ETA. ¿Y por parte de Aznar? Las exigencias a corto plazo del PNV y su sueño a largo plazo no van a desaparecer porque a él y a la mayoría de los españoles no les guste.

Londres, 3 de agosto