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Crítica:36º FESTIVAL DE JAZZ DE SAN SEBASTIÁN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Reencuentros y celebraciones

En 1994, los responsables del Festival de Jazz de San Sebastián decidieron crear un premio que, llevando el nombre de la ciudad y del certamen, conmemorara anualmente una trayectoria indiscutible en el campo del jazz. El ya fallecido trompetista Doc Cheatham colocó en su estantería el primero de los premios Donostiako Jazzaldia; el contrabajista Ray Brown ha sido el último, por ahora, en llevarse a su casa la reproducción de la plaza de la Trinidad (un premio en el festival de jazz donostiarra no podía tener otra imagen). Una elección indiscutible la de Brown, que en sus más de cincuenta años de carrera profesional ha compartido escenario y aventuras con todos los nombres importantes de la especialidad, creando además un estilo personal de tocar el contrabajo con la elegancia como elemento esencial.

Gato Barbieri Complete Reunion / Ray Brown 75º Birthday Celebration & Friends

Plaza de la Trinidad. San Sebastián, 28 de julio.

Primero, Ray Brown recogió su premio, y después, en el concierto de la noche (integrado en la gira de celebración de su 75º aniversario), demostró plenamente que esa elegancia sigue siendo su marca de fábrica. Curiosamente, el grupo que le acompañaba en la plaza de la Trinidad incluía a otro galardonado del festival donostiarra: Hank Jones (lo recogió en 1996), que, por si le faltaran coincidencias a la cosa, fue el pianista del primer grupo liderado por Ray Brown en 1948.

Jones es también otro maestro de la elegancia (siempre con mayúsculas) y su sintonía con el contrabajista es total. Lo ha sido siempre, y también lo fue en la Trini, donde juntos crearon una música sin sobresaltos y de una belleza que por momentos conmociona. Decir que no pasa el tiempo para ellos puede sonar a tópico, pero se ajusta perfectamente a la realidad. Al recoger su premio, Brown expresó su ilusión de seguir cincuenta años más tocando el contrabajo; ojalá, y nosotros que pudiéramos verlo (y disfrutarlo).

Gira de recuerdo

Antes de que Ray Brown festejara con música sus 75 años, el escenario de la Trinidad fue ocupado por el reencuentro de Gato Barbieri con una parte ya casi olvidada de su propio pasado, cuando aún no firmaba sus trabajos como Gato, sino como Leandro o como Lee (si la cosa iba más lejos), y, en compañía de algunos colegas europeos, estaba escribiendo una página tumultuosa del jazz contemporáneo. Aquello sucedía a finales de los años sesenta; aún no había estallado el boom Gato, que conmocionaría el jazz en la década siguiente, y la fuerza del saxofonista argentino era la de algún felino mucho más peligroso que un gato.

Compañero de armas de aquella época era el trompetista italiano Enrico Rava, que ahora se ha sumado a Gato para esta curiosa gira de recuerdo. Curiosa, porque, como mínimo, lo interpretado en el Jazzaldia nada tiene que ver con lo que juntos interpretaban en la época supuestamente rememorada. El free jazz agresivo de entonces ha dejado paso a un mainstream adocenado con lógicos toques latinos, pero sin demasiada fuerza. Comenzaron recordando al Che (siempre presente en la música de Gato) líricamente, pero con la sensación de que estaban calentando motores y que todo explotaría segundos después. Pero no explotó: se perdieron entre neoestándares algo descafeinados para desembocar, en los dos últimos temas, en un velado remedo del verdadero Gato de nuestros recuerdos.

El concierto sólo duró una hora monda y lironda; a lo mejor, el volcán estaba a punto de entrar en erupción y nos lo perdimos por culpa de los denostados conciertos dobles. O tal vez nos ahorramos una continuación tan aburrida como el inicio, gracias precisamente a tratarse de un concierto doble. Sea como fuere, la propuesta estuvo lejos de las expectativas creadas, y ni el buen hacer de Enrico Rava, que intentó levantar el concierto, sin conseguirlo, ni la presencia discreta de Aldo Romano salvaron una propuesta insalvable.

En otro orden de cosas, cada año, las huestes ilerdenses de Satchmo Jazz desembarcan en el Jazzaldia con alguna sorpresa. Esta vez fue el proyecto Mosaic del contrabajista David Mengual. Mosaic es una colección de temas de Mengual servidos en dos formatos: trío y noneto. En trío, la historia sube hasta lo más alto gracias tanto al trabajo de Mengual (compositor e intérprete) como de sus dos cómplices: el saxofonista Gorka Benítez, soberbio como de costumbre, y el guitarrista Dani Pérez. En el Jazzaldia, su presencia fue contundente, un trío a tener muy en cuenta en un panorama que, como el nuestro, no es muy dado a la aventura (Mengual, Benítez y Pérez exceptuados). La lástima es que la idea hace aguas en formación de noneto por culpa de unos arreglos que banalizan la oferta.

Ray Brown, entre Alvin Queen y Hank Jones, durante su actuación en el Festival de Jazz de San Sebastián.
Ray Brown, entre Alvin Queen y Hank Jones, durante su actuación en el Festival de Jazz de San Sebastián.EFE
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