Optimismo ante el acuerdo sobre cambio climático

Pese a la negativa de Estados Unidos a firmar el acuerdo, los participantes de la cumbre de Bonn la consideran todo un éxito

'Hay varias razones que explican la importancia de un acuerdo de Bonn que los participantes califican de histórico: se constituye como una afrenta a Estados Unidos de Bush, concreta la ambición de un manejo colectivo de los problemas planetarios y posibilita en la práctica la lucha contra el cambio climático a través de un nuevo instrumento legal internacional', escribe en su editorial el diario francés Le Monde.

'Aislados en el calentamiento global', titula su editorial el New York Times. 'Fue en Río donde el padre del señor Bush, por primera vez, comprometió a Estados Unidos en un esfuerzo global para reducir los gases que producen el efecto invernadero. Todavía hay tiempo para que su hijo honre ese compromiso', dice. 'Es un terremoto geopolítico. Otros países han demostrado su independencia de la Administración de Bush en el problema ambiental más crítico que tiene el mundo', dice Jennifer Morgan, directora de la organización ambiental World Wildlife Fund, al periódico The Washington Post.

Otros ven este triunfo desde otra perspectiva. 'Fue la UE que, en su mejor momento, logra de manera unida y con un propósito común lo que sus miembros, actuando de manera individual, no hubieran podido lograr (...) Este nuevo tratado de verdad pertenece no a los firmantes oficiales, sino a todos, pues fueron los grupos de base y los activistas políticos los que lo hicieron posible', escribe el diario inglés The Guardian.

Otros son un poco más moderados en su apreciación. 'El resultado es un acuerdo en el que todos fueron hasta el límite de lo que podían ofrecer', dice el diario alemán Frankfurter Allgemeine. 'Nuestro punto no es que la ciencia detrás de Kioto esté equivocada: simplemente es que no hay justificación para la hipérbole que a borbotones fluyó desde Bonn', señala en su editorial el diario conservador inglés The Daily Telegraph. 'La retórica sobre el hombre que los ecologistas llaman el texano tóxico ha llevado a un endurecimiento de ambos lados. Las imperfecciones del protocolo de Kioto se han mejorado parcialmente en Bonn, pero no se han eliminado. (...) La división política es hoy tan amplia como cuando las negociaciones de Bonn se iniciaron', afirma el editorial del conservador The Times, de Londres.

Unos pocos hubieran preferido que no hubiera acuerdo. 'Para salvar el protocolo de Kioto los europeos tuvieron que hacer tantas concesiones a los más reacios que su éxito no es de los que permite clamar victoria. ¿No hubiera sido mejor un claro reporte de bancarrota, que creara un choque en la opinión pública que le devolviera el sentido de urgencia sobre el tema a aquellos que se han negado a estar allí?', dice en su editorial el diario francés Libération.

No, escribe Michael McCarthy en The Independent. 'La respuesta es que Kioto no es sólo alcanzar unos objetivos, es un proceso en el que los gobiernos de todo el mundo se involucran en el problema del calentamiento global y en el que las empresas reciben una señal inconfundible de que este activismo es parte del futuro'.